Carlos Cortés, 400 partidos en la ACB

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El árbitro internacional gallego de baloncesto alcanza una cifra mágica en la liga profesional tras pitar el Barcelona-Fuenlabrada

10 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Carlos Cortés (A Coruña, 1974) sigue estableciendo hitos. El mejor árbitro gallego de baloncesto de todos los tiempos cumplió ayer cuatrocientos partidos en la máxima categoría del básquet español. La ACB y los Árbitros Españoles de Baloncesto Asociados de la Liga Endesa (AEBA) reconocieron públicamente la trayectoria del internacional coruñés. El Barcelona-Fuenlabrada fue el momento en el que Carlos Cortés alcanzó una barrera histórica. Otra más para el deporte gallego, después de haber debutado en la élite en el año 2005 y convertirse en internacional en el 2010.

Lejos queda aquel año 1992 en el que se iniciaba en el arbitraje del deporte de la canasta, pero hoy todavía exhibe uno de sus pilares: la humildad. Su frase «alguien me dijo una vez: ‘Nunca olvides que saliste de Katanga’» lo retrata.

Echando la vista atrás, Carlos Cortés recuerda aquel Joventut-Manresa, el primero de los cuatrocientos que lleva dirigidos en la ACB. «Evidentemente me acuerdo de aquel momento y fue emotivo. Pero, para ser sinceros, ahora mismo me acuerdo de todos los que hicieron posible esto. Suena a típico, pero compañeros, departamentos de arbitraje, ACB, federaciones y todas las personas que me rodearon, muchas que ya no están. Incluso el Club Maristas Coruña, gracias al que aprendí más baloncesto, y sigo aprendiendo, además de entender mejor a entrenadores y jugadores... Cuando te paras a pensar, porque sucede un hecho como este, te acuerdas de esta gente», aseguraba ayer a La Voz minutos después del Barcelona-Fuenlabrada.

Precisamente, con respecto a la cita del Palau, Cortés dice que «no es un partido especial en sí, pero redondea una cifra que cuando te paras a pensar impresiona bastante. Son 400 jornadas, 400 fines de semana fuera de casa, 400 viajes, sobre todo desde donde vivimos, que siempre lo tenemos más complicado que el resto, porque no tenemos buenas comunicaciones y nos lleva más tiempo que al resto...», analiza.

El árbitro gallego siempre ha optimizado su tiempo de un modo envidiable. Él mismo incide en que antes compaginaba el baloncesto de élite con su empleo, y ahora la ACB se hace un hueco en su agenda con los partidos internacionales. «Sobre todo, 400 partidos implica perder muchas cosas junto a amigos, pareja, familia..., pero al final es nuestro trabajo. Me quedo con eso», reflexiona.

«Es un momento en el que te paras a pensar en todo el esfuerzo y el trabajo realizado, no solo en la ACB sino desde el inicio del arbitraje, para poder cumplir estos partidos. Tanto desde la temporada 1992, cuando empecé a arbitrar, como el trabajo semanal para llegar en las mejores condiciones a cada partido», insiste.

«También me hace pensar en que hay que disfrutar en cada uno de los partidos porque esto va muy rápido. Y este 400.º lo he disfrutado de manera especial. Ha sido un punto de inflexión que me ha hecho parar y reflexionar», concluye.