Courtois y Morata, de los cánticos a los silbidos

Colpisa

DEPORTES

SERGIO PEREZ | REUTERS

Amos se mofaron en el pasado de los que hoy son sus clubes

08 feb 2019 . Actualizado a las 15:49 h.

Thibaut Courtois y Alvaro Morata vivirán una situación paradójica en el Metropolitano. Los dos jugarán su primer derbi en el estadio rojiblanco como futbolistas del Real Madrid y del Atlético, respectivamente. Una situación que a principios del mes de agosto ninguno hubiera imaginado cuando compartían el vestuario del Chelsea. Serán el centro de atención de una grada que subió a los altares al portero en su etapa colchonera -tiene una placa en el Paseo de Leyendas del feudo rojiblanco- y pitó a rabiar al delantero siempre que visitó al equipo con la camiseta blanca, primero, y con la del Chelsea después.

Sin embargo, los dos tendrán que afrontar el partido con el peso de sus cánticos en momentos de celebración cuando jugaban en el otro equipo. Courtois se atrevió a cantar aquello de «salta, salta, salta, pequeño canguro y a los madridistas...» desde el balcón de la Comunidad tras ganar la Copa del Rey en el Bernabéu al eterno rival, mientras que el delantero tras conquistar la décima ante el Atlético en Lisboa, no dudó en mostrar su sentimiento madridista en el mismo balcón cantando «que se enteren todos los indios quién manda en la capital». Ahora tendrán que asumir aquello que dijeron.

Más difícil será la tarde para Courtois. Su fichaje por el Real Madrid antes de la Supercopa europea de Tallin se entendió como una ofensa a los tres años vividos en el Atlético y la grada le ha convertido en el centro de las críticas. Tampoco ha ayudado el belga a calmar los ánimos con sus declaraciones. «Simeone es un poco así, populista. A mí me menospreció cuando me dieron el premio a mejor portero diciendo que lo gané por jugar en el Real Madrid», se despachó sobre un comentario de Cholo tras ser preguntado por el Balón de Oro de Luka Modric en detrimento de Griezmann. La llama volvió a encenderla este fin de semana con unas declaraciones a un diario belga: «Si me quieren tirar cosas a la cabeza la próxima semana, bueno... No me importa. Si eso les hace felices, bien por ellos», señaló de manera sorprendente ya que en su estadio actual recibió el impacto de un objeto en la final copera del 2013 cuando defendía la elástica rojiblanca. «Desafortunadamente es parte del fútbol. Es una pena que la afición del Atlético ahora esté contra mí. Los futbolistas tomamos decisiones de acuerdo a nuestra carrera. El Atlético fue la elección perfecta cuando era joven», matizó horas después achacando a una mala traducción sus palabras en el medio de su país.

Morata, por su parte, es un fichaje de difícil digestión para un sector de la afición del Atlético que ya se mostró en contra en el último partido de Liga disputado en el Metropolitano. «Menos Morata y más Borja Garcés», gritó el sector más radical de la grada, que encontró respuesta en los pitos del resto del estadio. El morbo está asegurado y el delantero podría marcar su primer gol ante el eterno rival y su exequipo. «Ojalá todos los problemas sean pensar lo que tengo que hacer después de marcar un gol», dijo el día de su presentación. Ya vivió una situación similar cuando se enfrentó con el Juventus al Real Madrid y no celebró ni el gol que logró en Turín, ni el que hizo en el Bernabéu. Bien haría el delantero en hacer caso a lo que le aconsejó Enrique Cerezo a su llegada: «Tú aquí, a jugar al fútbol y a marcar goles».