Nada en juego

Juan J. Fernández

DEPORTES

SASCHA STEINBACH

24 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando no se hacen méritos para la gloria, lo único imprescindible para un juicio benévolo es reconocer la aptitud por la búsqueda de una victoria regeneradora, cuan elixir bendito, y si esa victoria fuese ante uno de los anfitriones curaría parte de la acidez provocada por un campeonato cuya lectura en ningún caso puede ser positiva. Lo habían hecho los croatas ante la todopoderosa Francia, dejando así de paso a los nuestros en la lucha por un decepcionante séptimo puesto, mientras que a la selección española le tocó de nuevo quedarse con la miel en los labios. En esta ocasión nada que reprochar; se encaró un partido anímicamente muy difícil con la mayor profesionalidad.

El planteamiento táctico de ambos seleccionadores no varió nada a pesar de la poca trascendencia clasificatoria. Mismos jugadores para idénticos sistemas de juego con poco margen para las sorpresas. Conocidos hasta el hastío por los recientes torneos oficiales y amistosos, todo iba a depender de minimizar los errores individuales y de la aportación de los menos habituales. En la primera parte, nuestra defensa fue muy frágil en el uno contra uno, no dando tiempo a las ayudas tan necesarias en un sistema cerrado como el español. Rodrigo lo sufrió en sus carnes.

La mínima ventaja se convirtió en definitiva por errores al comienzo de la segunda parte. Sus jugadores menos habituales jugaron a un gran nivel mientras los nuestros todavía deben de coger la necesaria confianza para rentabilizar sus minutos en el campo. Dani Dujshebaev, Alex o Goñi junto con otros serán indiscutibles en breve tiempo.