Juan Carlos redondea la faena del Lugo

DEPORTES

ÁNGEL MANSO

El portero dio valor al trabajo delequipo, que defendió en bloque y aguantó a pesar de las dos expulsiones

06 ene 2019 . Actualizado a las 22:35 h.

Se colgó la capa Juan Carlos (Guadalajara, 1988) para sacar a su equipo con vida de Riazor. El portero manchego volvió a cuajar un partido de mérito, con paradas imposibles en el momento más acuciante del Lugo. Redondeó la faena y dio valor al trabajo previo de los hombres de Monteagudo, que contuvieron al Dépor con solvencia muchos minutos y eso a pesar de los cambios obligados en el eje de la zaga.

Desquició a Carles Gil en la primera parte, volando para abortar las intentonas del blanquiazul con muchos reflejos y algún que otro susto. En la segunda, cuando la lluvia de tarjetas minaba a los rojiblancos, sacó dos manos providenciales para amargarle la fiesta a Simón primero y a Carlos Fernández después. «Para eso estamos, para ayudar en todo lo que se puede. He estado acertado y estoy contento porque al final ha servido para sumar un punto en un campo muy complicado y posiblemente ante el mejor rival de la categoría», decía Juan Carlos tras la contienda.

No tiene dudas, el portero del Lugo, en dar valor al empate: «Es para estar contentos, hemos estado mucho tiempo con uno menos, luego otra expulsión y hemos sido capaces de sumar» y resolvía que intervino «cuando el Dépor me lo ha exigido. Es normal, vienes al campo de un equipo hecho a dedo, con los mejores futbolistas de la categoría y hecho para lo que está hecho y eres consciente de que vas a sufrir».

El sufrimiento rimó en los minutos finales con el nerviosismo y el despropósito. Tras ver una primera tarjeta a la media hora por una entrada dura sobre Carles Gil, Jose Carlos tragó con la segunda a falta de 20 minutos, tras dejar volar el brazo en un balón dividido. «Con diez tratamos de defender, de que ellos no crearan peligro y aún así tuvieron alguna también», valoraba Carlos Pita, que ayer volvió a jugar tras varias semanas lastrado por molestias en el pubis. Ya en el descuento, con una primera tarjeta por juego peligroso, Dongou se autoexpulsó tirando la pelota fuera del campo tras una falta. Una tontería que hipotecaba a los de Monteagudo, con nueve hombres sobre el campo. «Ahí ya tratamos de apagar el fuego como se podía y terminar el partido con un punto, que tal y como se dio al final, para nosotros es como una victoria», confesaba Pita.

«Es un punto que valoramos muchísimo porque es un campo complicado en el que el Dépor estaba intratable, donde perdieron muy pocos puntos e hicimos un partido serio», se sinceraba el mediocentro coruñés en zona mixta, pudo participar en la segunda parte del derbi y se manejó bien como central.