El jugador del Pontevedra CF hace un repaso a lo sucedido sobre el campo estos últimos meses y cómo se ha logrado competir
24 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Disfrutando ya de sus vacaciones, Romay fue uno de los jugadores granates con un inicio difícil dentro del club, arrastrando diversas molestias que no le permitieron realizar la pretemporada que hubiera deseado. Dieciocho partidos después, el de Malpica ha pisado el césped en quince ocasiones, marcado dos goles y jugado 1.238 minutos. Es una de las piezas clave en el tablero de ajedrez de Luismi.
-¿Cómo se siente?
-Muy bien. Es verdad que al principio de la temporada estuve con muchas molestias y me costó coger el ritmo un poco. Estos dos últimos meses me encuentro muy bien, muy a gusto. El equipo también va muy bien, aunque en esta última semana no hayamos ganado.
-Teniendo en cuenta de que durante la primera vuelta siempre suele hablarse de adaptación, de lograr el juego que un técnico busca, ¿podría decirse que aún está por llegar la mejor versión de Romay?
-Yo cada día estoy más cómodo. Me perdí la mitad de los partidos de la pretemporada y tuve que trabajar duro después. A lo largo de estos dos últimos meses sí que he dado una de mis mejores versiones. Estoy cómodo sobre el campo, tanto en casa como fuera.
-Llevaban una racha de cuatro victorias. Imagino que le hubiera gustado cerrar el año con la quinta.
-El Atlético B es uno de los mejores equipos de la categoría. Nosotros no tuvimos nuestro mejor día. Por otra parte nos metieron los goles en los momentos que mejor estábamos, tanto el primero como el segundo. A veces los partidos se dan así. De haber ganado hubiéramos acabado el año terceros, como quién dice.
-¿Es demasiado ambicioso soñar con seguir ahí arriba? ¿Lograr un hueco permanente entre esos cuatro puestos?
-Yo creo que no hay que confundirse. Si un equipo acaba entre los diez primeros, desde luego, nunca se podrá hablar de fracaso. Pero por otro lado creo que para bajar objetivos o pretensiones siempre hay tiempo. Para mí el objetivo siempre debería ser el máximo posible. En el vestuario nos marcamos objetivos altos porque es la forma de lograr metas. Evidentemente una temporada buena no es solo quedar entre los cuatro primeros, pero sí tiene que ser un objetivo a la hora de ilusionar, tanto a nosotros como a la afición.
-Algo que suele destacar Luismi es la demostración empírica de que pueden competir contra cualquier equipo de la categoría. Sea la Cultural, el Fuenlabrada o la Ponferradina.
-Sí, sí. Totalmente. De hecho el otro día, hablando con el míster comentamos como en partidos que no hemos puntuado, quitando el Unionistas que estuvimos algo flojos al ser el primero, igualmente se han competido, se han luchado de tú a tú. Eso es algo muy importante. Saber que si estamos serios podemos ganarle a cualquiera. Ojo, que si nos dormimos en el campo también nos pueden pintar la cara.
-Simula que el esquema de juego del entrenador ha encajado bien en el vestuario. ¿Es un éxito conjunto?
-Creo que el mayor mérito de Luismi es el haberse sabido adaptar tan bien a cada jugador. En un principio quería llegar a la portería rival combinando, jugando desde atrás, pero supo modificar ese esquema para lo que había en el equipo. Entendió que somos más verticales. Tiene mucho mérito. Sabe sacarle partido a cada uno. No somos solo once jugadores, somos una plantilla amplia.
-Decía un compañero suyo que Luismi les tiene siempre un poco locos con la titularidad, que nunca saben quién jugará hasta el día en cuestión.
-[Ríe] Siempre hay alguna sorpresa. No es algo malo. Hace que el que juegue deba trabajar esa chispa para mantener su puesto, y al que no juega le indica que puede llegar a estar ahí si hace las cosas bien. Lo dijo desde el principio, «jugarán los que estén en su mejor momento de forma». Él confía mucho en eso, y yo creo que también existen esos momentos.
-Debe ser doloroso vivir de cerca momentos como el de la lesión de Javi López. ¿Cómo lo siente un compañero?
-Qué te voy a decir, ya que Javi es una de las personas con las que hice amistad desde el principio, llegando a vivir con él. Te planteas muchas cosas cuando lo ves, más aún cuando cinco minutos antes estaba contigo, perfecto. Pienso que es alguien muy fuerte, que volverá como siempre. Espero con ganas volver a jugar con él.