Toni Villa: «Ser el primer descendiente de fisterrán en Primera es un orgullo»

Melissa Rodríguez
melissa rodríguez REDACCIÓN

DEPORTES

Juan Herrero

En su estreno en Primera División, está siendo uno de los jugadores revelación de la Liga

21 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Fisterra ha sido siempre sinónimo de buena cantera. Ejemplo de ello fueron Castreje y Traba, que llegaron a jugar con el Dépor en Segunda. Pero, más recientemente, esta campaña, Laureano Antonio Villa Suárez, Toni (1995), mediapunta del Valladolid, ha hecho historia al convertirse en el primer descendiente fisterrán que debuta en Primera División. Su madre, María Manuela Suárez Suárez, se fue muy joven (con 8 años, más o menos) de Mallas, lugar de San Martiño de Duio, a vivir a Barcelona. Y luego, acabó instalándose para siempre en Lorquí, Murcia, donde abrió el Restaurante Fisterra, que este año celebra las bodas de plata. Y tuvo a Toni, que se crio allí, con escapadas, muy de vez en cuando, a la Costa da Morte, que a día de hoy todavía sigue marcando en el calendario, ya que muchos familiares residen en este pueblo. Además, el día 1 de este mes escribió otra página al estrenarse como goleador en el Zorrilla contra el Leganés. Y en la siguiente jornada, repitió escena ante el Real Sociedad. Como jugador, Villa debutó en Segunda B con el filial del Valladolid en el año 2014. Luego, en la temporada 2016-2017, subió con la Cultural Leonesa a Segunda, para en la pasada campaña regresar al Valladolid, siendo una pieza clave para el ascenso a Primera. Ahora está viviendo su sueño y ya tiene otros en mente.

-¿Cómo vivió el momento en el que se estrenó como goleador?

-La verdad es que fue un poco amargo porque el resultado era contrario y teníamos que remontar. Pero, sí me sentí muy contento por conseguir lo que para mí era un sueño desde pequeño.

-¿Tardó en llegarle?

-Soñaba siempre con llegar a ser futbolista profesional y, mucho más, con jugar en Primera. Pero, además, no soy de marque muchos goles, y lograrlo es una motivación extra.

-¿Sabe que es el primer descendiente fisterrán que debuta y marca en la máxima categoría?

-Leí alguna cosa de unos amigos que tengo en Fisterra que decían que yo era el primero. No lo sabía, pero también es cierto que se trata de un pueblo pequeño. Ser el primer descendiente de fisterrán en Primera es un orgullo para mí.

-¿Conserva recuerdos de sus vacaciones de infancia en Fisterra?

-Cuando tenía 8 o 9 años y fui a la comunión de mi prima, Alejandra... Antes, mis padres me llevaron, pero no me acuerdo [ríe].

-¿Suele venir a menudo?

-Intento ir porque sé que a mi madre le hace mucha ilusión que vaya con ella, pero, queda tan lejos de Murcia que voy menos de lo que me gustaría. Ya hace año y medio de la última vez, cuando estuve todo un mes de verano.

-¿Y estas Navidades?

-No, pero estamos mirando para ir en verano, porque tengo dos tíos y varios primos, además de mucha más familia por parte de mi madre.

-¿Y venirse a vivir aquí y jugar en el Dépor o en el Celta?

-Toda mi familia es bastante del Dépor, y a mí siempre me ha hecho especial ilusión jugar en un equipo gallego para poder vivir cerca de ellos, al menos un año. Pero, también es cierto que mi vida la hago en Murcia, aunque vivo en Valladolid, claro, por trabajo.

-En caso de tener que escoger, ¿se decantaría por el lado blanquiazul, entonces?

-Vamos a decir que, por mi familia y su vinculación con el Dépor, sí, pero tampoco quiero cerrarme puertas [ríe].

-¿Cómo está siendo su debut en Primera con el equipo con el que creció como jugador?

-Pues muy contento, porque no contaba con jugar tanto y, además, minutos importantes. Está siendo, una campaña muy dura, pero, lo estamos haciendo bien. Ojalá que consigamos cuanto antes la salvación, sin hacer sufrir a la afición.

-¿Pensaba que iba a llegar tan lejos y, además, tan joven?

-No me lo imaginé nunca. Quería ser futbolista, pero en dos años, pasé de estar en Segunda B a Primera. No me creía que fuera a vivir del fútbol profesional. Y tampoco en hacerlo tan joven. Es un sueño para mí y espero aprovecharlo.

-¿Cuándo le nació esa pasión por este deporte?

-Con 9 o 10 años, me invitaron a apuntarme a jugar en mi pueblo [Lorquí], y así fue como empecé. Me encantaba, aunque, al principio, era bastante malo [ríe]. Tenía un nivel muy flojo, pero, como me gustaba tanto, no me despegaba del balón y mejoré mucho.

-¿Qué futbolista era su referente?

-Siempre me ha gustado Ronaldo Nazario y, por supuesto, Iniesta.

-¿Ha cambiado de gustos en los últimos años?

-Sigue siendo Iniesta, aunque ahora ya juega en un nivel inferior, de modo que me quedo con Messi.

-¿Entonces, además del Real Valladolid es del Barcelona?

-No [ríe], solo que me gusta su estilo y los jugadores. De pequeño fui simpatizante del Atlético. También le tenía mucho cariño al Dépor, por mi familia. Pero, desde los 15 años que entré en el Valladolid, ya no hubo más colores.

-Tiene solo 23 años. Imagino que, todavía, le quedan muchos sueños por cumplir.

-Sí. Hay que soñar alto para llegar más lejos. Uno ya lo he conseguido, entonces, tengo que renovarme. Otro puede ser una llamada de la selección o, quizá, jugar en Europa.