Dos años de cárcel a un ertzaina por la muerte de Iñigo Cabacas

LA VOZ

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Europa Press

El Tribunal cree que el agente condenado podría haber evitado la muerte del aficionado del Athletic

29 nov 2018 . Actualizado a las 16:48 h.

La Audiencia de Bizkaia ha condenado a dos años de cárcel a uno de los seis ertzainas juzgados por la muerte de Iñigo Cabacas tras ser alcanzado por una pelota de goma disparada por la Ertzaintza por un delito de homicidio por imprudencia profesional, ha confirmado la acusación particular en la causa.

En una resolución difundida hoy, la Audiencia vizcaína condena a un oficial, el mando de mayor rango en el operativo policial tras un partido europeo del Athletic Club en San Mamés el 5 de abril de 2012, cuando Cabacas cayó mortalmente herido.

En el juicio, que concluyó el pasado día 9 por este caso, la acusación particular que ejerce la familia de Cabacas pedía 4 años de cárcel para cada uno de los seis acusados y seis años de inhabilitación, mientras que la Fiscalía y las defensas pedían la absolución por no ver delito en su actuación.

El Tribunal afirma que, si este oficial hubiera actuado «impidiendo o deteniendo la carga policial» en un callejón de las inmediaciones del estadio de San Mamés, «el fallecimiento no se habría producido», según recoge Europa Press. La sentencia asegura, además, que una actuación policial de esas características «no estaba justificada», y que «el escaso lanzamiento de objetos» por parte de algunos de los que se encontraban en el callejón de María Díaz de Haro de la capital vizcaína, «podía haberse cortado sin usar pelotas de goma». De hecho, considera que el operativo desarrollado en el callejón «provocó situaciones de pánico» y puso en riesgo la integridad física« de las personas que se encontraban congregadas en el lugar.

Para el órgano judicial vizcaíno, el oficial condenado, que tenía como misión fundamental «mantener la seguridad ciudadana y gestionar los problemas de orden público», estaba al mando de todas las furgonetas que estaban frente al callejón.

«Y, a pesar de su responsabilidad y aún no existiendo razones de orden público que lo justificara, ni las condiciones necesarias para hacer uso del material antidisturbios, permitió y no ordenó que parasen los disparos con munición de pelotas de goma dirigidas al callejón», añade.