El ciclista que salió de la depresión como atleta

x.r castro

DEPORTES

Oscar Vázquez

Roade se encerró en casa con 19 años sobrepasado por la bici y ahora gana carreras y apunta alto corriendo

28 nov 2018 . Actualizado a las 11:03 h.

Iván Roade comenzó dándole patadas al balón en infantiles, en edad cadete se reveló como un ciclista de mucho futuro, pero una depresión entró en su mente y lo alejó de la bici y del mundo durante un año, a los 19. De la cama y del trastorno salió corriendo, aficionándose a un atletismo en el que cuatro años después comienza a despuntar pese a que su jornada laboral comienza a las seis y media de la mañana como reponedor en la sucursal salmantina de una conocida marca gallega de supermercados.

«De neno xoguei no Coruxo e no San Miguel, en cadetes metinme no ciclismo, no CC Vigués, fun campión galego, gañei a Volta a La Rioja. Na bici andaba bastante ben e asinei polo Superfroiz, e logo estiven un ano no Rías Baixas», relata Iván. Ahí se le paró el mundo. Tan grandes eran las expectativas de un especialista en la montaña con buen esprint cuando los finales pintaban en repecho, que el nigranés se pasó de entrenamiento. Y explotó. «De xuvenil prometía, tiña bos resultados e dábaseme moi ben, pero a cabeza non me foi e tiven que deixalo, porque se non estás ben non vale a pena».

Fue su mente la que echó el freno. «Collín unha depresión moi grande por mor da bicicleta. Ao final esixinme moito e estiven unha época fatal, metido case un ano na cama con antidepresivos e cousas que con 19 anos non deberían pasar, e todo pola presión». Roade se encerró y su vida era un bucle de cama y comida -«dábaseme por comer todo o tempo»- hasta que encontró la puerta de salida a sus problemas. «Un día decidín saír correr, empecei e logo esixinme saír sempre. Valeume moito como terapia para saír do bucle no que estaba metido. O atletismo axudoume moito».

Con el resultado de las prisas en el retrovisor de su vida, su irrupción en el pedestrismo fue a cámara lenta. Poco a poco, pero siempre en positivo. Un amigo le dio a conocer el Val Miñor, el club de atletismo de su municipio, y también le puso en la estela de Óscar Fernández -una enciclopedia andante del atletismo-. «Díxome que coñecía a un adestrador que era moi bo que me podía axudar un pouco e sen presión».

De aquello hace cuatro años y a lo largo de este tiempo el técnico vigués ha sido su entrenador y su psicólogo, «porque cando estou perfecto moi ben, pero cando teño un pequeno baixón cústame máis».

En el atletismo esos bajones apenas han existiendo en la meteórica carrera de un hombre bendecido por Marcos Serrano para el ciclismo. Su primera carrera a pie fueron los 15 kilómetros del Atlántico en la que quedó séptimo y con buenas sensaciones. Tras aquella carta de presentación fichó por el San Paio de A Estrada y luego el Bikila se fijó en él en las 24 horas de Vigo. De verde comenzó a destacar aunque es este año, ya en las filas del Adas, cuando está asombrando a todos con dos triunfos consecutivos en el asfalto y en el barro (Vigo +11 y el Memorial Belarmino Alonso). «Os primeiros anos foron de contacto porque o atletismo é un deporte de fondo, onde tres que ir pouco a pouco».

Durante todo este tiempo hizo gala de una combatividad que ya traía del ciclismo -«a tenacidade vén de serie»- y de un espíritu de sacrificio sin límites. Siguiendo a su pareja dejó Nigrán para instalarse en Salamanca, allí encontró un trabajo de reponedor (descargando camiones) que le lleva a estar en pie cada día antes de las seis de la madrugada pero que le permite estar libre a las 13 horas, con tiempo para descansar antes de salir a entrenar cada tarde. «Adestro sempre só, que é algo complicado, pero falo con Óscar todos os días e cando teño series recorro a un amigo que vai en bici e me tira, o que me axuda moito». A nivel individual, a su preparación le ha añadido una experiencia personal que su paso por el ciclismo: «Daquela adestraba demasiado e chegaba ás carreiras fatigado, xa non tiña de onde sacar nada, e agora a premisa é que prefiro chegar un pouco xusto de forma ás carreiras que pasado».

Un cóctel que le ha llevado a reinar en el mundo de las populares y que a sus 25 años le empuja a pensar en cuotas mayores. Este fin de semana correrá en Cangas -viajar de Salamanca a Galicia para correr cada fin de semana es otro de sus clásicos- pero a continuación ya tiene en mente la San Silvestre de Salamanca, una de las más reputadas del calendario navideño, el campeonato gallego de cros, en donde es claro candidato al triunfo, y el estatal de la especialidad, sin olvidarse de inscribir su nombre en la Vig-Bay.

Todo sin presión. «Fago isto porque me gusta, cando se converta en obriga teño claro que o deixarei. Na bici marqueime obxectivos e non cheguei, e no atletismo non vou repetir o mesmo. O importante é gozar e pasalo ben». Amén.