Argentinos en Galicia: «Qué linda se ve la Bombonera desde acá»

DEPORTES

Ramón Leiro

Vivimos la final desde la Asociación Argentina en Pontevedra

11 nov 2018 . Actualizado a las 23:10 h.

El corazón de la Bombonera bombeó este domingo sangre por los lazos de la emigración hasta el rincón criollo de Pontevedra, donde un grupo de argentinos se reunieron para ver como sus dos equipos intentaban hacer historia en el primer duelo de la Copa Libertadores entre los bosteros y las gallinas, como ellos llaman a los aficionados del Boca y del River, aunque no siente igual de bien a todos este calificativo.

La final aplazada para el domingo y el Real Madrid visitando Balaídos a la misma hora restó afluencia en este local pontevedrés donde tomaban tortas fritas y jugaban al truco (juego cartas argentino) antes de que el partido arrancase. Una vez el balón echo andar, Daniel Manuel dejó al descubierto la camiseta de la selección argentina y los dos bandos se centraron en defender sus colores. «Yo jugué al vóley de chico en el Boca, pero ahora voy con el River», decía Jorge Paladino, un manojo de nervios desde el primer gol. El empate del River calmó los ánimos, pero Daniel avisaba entre risas que «van a volar las sillas».

Colores al margen, todos coincidían en buscar una emisora argentina para darle emoción a una retransmisión sin chicha para unos emigrantes acostumbrados a las narraciones radiofónicas más pasionales. Querían acercase hasta el corazón del barrio de la Boca, donde nacieron ambos equipos. «Fíjate cómo son que no amplían el estadio», decían los del River, pero Daniel, que junto a su mujer Patricia, defendían la camiseta del Boca, replicaba «no nos venden, boludo, debe haber vecinos del River en las cuadras de al lado porque tenemos plata para pagarlo diez veces más», comentaba entre risas.

Los wasap empezaban a llegar desde el otro lado del charco, muchos memes sobre los motivos que llevaron a aplazar el partido. «Hay que esperar a la vuelta para celebrar con un asado cuando gane el Boca», bromeaba Patricia, que recuerda mucho Argentina, pero no volvería a vivir en ella.