El show de Vinícius contagia al Real Madrid

Oscar Bellot COLPISA / MELILLA

DEPORTES

Jose Manuel Vidal.

El brasileño deja un reguero de acciones para la ilusión en un notable partido del cuadro de Solari en el que también brillaron Odriozola y Marco Asensio

31 oct 2018 . Actualizado a las 22:25 h.

Santiago Solari inició con buen pie su andadura como entrenador del Real Madrid. Con un ejercicio de solvencia, ganas y determinación, salpimentado con rachas de juego notable y acierto en boca de gol, el cuadro de Chamartín salió victorioso de su visita a Melilla tras el cambio de guardia en el banquillo. Cierto es que enfrente se hallaba un adversario de inferior categoría que cuenta 31 temporadas en Segunda B, pero no lo es menos que lo mismo sucedió la campaña anterior, cuando los blancos penaron una barbaridad para deshacerse en dieciseisavos del Fuenlabrada y luego sufrieron también una infinidad para apear en octavos al Numancia.

Los goles de Benzema, Marco Asensio, Odriozola -que se estrenó como goleador en el Real Madrid y repartió dos asistencias- y el canterano Cristo cumplimentaron un triunfo protocolario que adquiría carácter de exigencia ineludible en medio de los convulsos tiempos que han removido los cimientos del club, cercenando un proyecto y abocando a la improvisación de otro que nace con barniz de provisionalidad pero que sueña con perpetuarse a base de resultados y sensaciones. Meritorio estreno del 'Indiecito', que acostumbrado a lidiar con contrincantes que se dejan la vida en cada encuentro, mantuvo en alerta a sus pupilos, de los que extrajo seriedad, compromiso e imaginación para encarar un duelo poco apetitoso para las figuras pero del que sí sacaron partido un puñado de meritorios y jóvenes valores como Vinícius, protagonista antes, durante y después de un choque que parece augurar jornadas de disfrute para el brasileño, al menos mientras dure la regencia del preparador a cuya vera ha hecho prácticas desde su aterrizaje en el fútbol europeo.

Frescura Autor de la asistencia que desembocó en el tanto de Marco Asensio, Vinícius dejó destellos en forma de taconcitos, asociaciones, internadas, pases con tino y descaro. Le faltó el gol, que le negó el travesaño al repeler un latigazo que hubiera rubricado una faena mayor y que luego rozó también en la jugada que acabó coronando Odriozola. Fue, con permiso de Marco Asensio y Odriozola, el puntal de un once netamente ofensivo al que contagió con su frescura para dar algo de ilusión en esta etapa de vacas flacas y penurias por doquier en Chamartín. Con cinco bajas por lesión y cuatro pesos pesados -Modric, Kroos, Isco y Bale- descansando en la capital, el Madrid compareció en la ciudad autónoma con el estado de excepción decretado. De ello dio fe Florentino Pérez viajando en el avión del equipo, un gesto inusual en el presidente, y Sergio Ramos pidiendo voluntariamente su concurso a un choque que le sirvió de paso para colocarse con 578 como el séptimo futbolista con más partidos oficiales en la historia del Real Madrid, superando a Camacho. Sin margen para experimentos, Solari aplicó el libreto del Castilla, asignando el doble pivote a Marcos Llorente y Ceballos y dando mucha libertad a Marco Asensio, una de las decisiones más acertadas del argentino, que también tiró de ductibilidad táctica al reconvertir el 4-2-3-1 con que formó en la primera parte por un bloque más abrigado en la segunda.

Fue de menos a más el Real Madrid, que sufrió con la pujanza inicial del Melilla, con la que los unionistas compensaron de partida la sideral distancia de talento entre ambas escuadras pero que acabaron pagando el desgaste. Sobre todo porque enfrente andaban figuras con duende como Vinícius y otros reactivados como Odriozola.

Capitales en el Castilla de Solari, las bandas están destinadas a ser fundamentales también en el periplo por el primer equipo del rosarino, devoto de los laterales de largo recorrido. Pocos tan dotados para ello como Odriozola, cuyo vuelo por la derecha propició el primer tanto de la nueva era con un centro que cazó Benzema sin vigilancia para empujar en boca de gol. Para entonces al Melilla se le multiplicaban ya los problemas para cerrarle los espacios al Madrid. Sacó de ellos provecho Vinícius, tan brillante como certero en la toma de decisiones que tras acariciar la escuadra con un remate, regaló un gol a Marco Asensio con un fabuloso pase con el exterior. Conviene ir con tiento con un talento tan precoz, pero el Madrid hará bien en pulir un diamante que comenzó a exhibir su fulgor con el cambio de guardia.

Sería el inicio del 'show' del ex del Flamengo, que contagiaría a sus compañeros también en una segunda parte en la que al Melilla le faltaron piernas y de la que el Real Madrid sacó partido para insuflarse ánimo en forma de goleada que cerraron Odriozola y Cristo.

Ficha del partido

Melilla: Dani Barrio, Sofian, Juanmi Carrión, Richi, Mahanan, Alfonso, Igor Martínez (Brain Amar, min. 74), Lolo Garrido (Fran Bueno, min. 83), Ruano, Yacine (Brian Martín, min. 69) y Otegui.

Real Madrid: Keylor Navas, Odriozola, Javi Sánchez, Sergio Ramos (Nacho, min. 46), Reguilón, Marcos Llorente, Ceballos, Marco Asensio (Cristo, min. 82), Lucas Vázquez, Vinícius y Benzema (Fede Valverde, min. 46).

Goles: 0-1: min. 27, Benzema. 0-2: min. 45, Marco Asensio. 0-3: min. 78, Odriozola. 0-4: min. 92, Cristo.

Arbitro: Ricardo de Burgos Bengoetxea (Comité vasco). Amonestó a Javi Sánchez, Sofian, Lucas Vázquez Incidencias: Partido de ida de dieciseisavos de final de la Copa del Rey disputado en el Municipal Alvarez Claro ante 7.200 espectadores.