Triunfo gris de un Madrid comatoso

Colpisa MADRID

DEPORTES

Mariscal

Benzema y Marcelo fraguan una victoria sin brillo en medio del runrún del Bernabéu (2-1)

23 oct 2018 . Actualizado a las 22:59 h.

Una victoria sin brillo, con más intendencia que fuegos artificiales, ante el rival más débil del grupo y hasta con susto final, dio algo de aliento a un Real Madrid que sigue en estado comatoso, incapaz de digerir aún los tremendos sopapos recibidos en un mes terrorífico. Los tantos de Benzema y Marcelo vuelven a colocar al equipo de Julen Lopetegui en la senda de la clasificación para octavos pero no disipan los cerrados nubarrones que amenazan con desencadenar un tremendo aguacero sobre una escuadra que sigue sin reencontrarse con el juego, la pegada y las buenas sensaciones.

Aferrado al oficio, pero beneficiado también por un adversario muy timorato en ataque que marró un par de ocasiones pintiparadas, el Real Madrid solventó un duelo con aires de juicio final por su penoso desempeño de las últimas semanas. Apenas un descanso en medio de las convulsiones que siguen sacudiendo a un enfermo cuya palidez continúa siendo notoria y que encarará el clásico con respiración asistida y seguramente sin Marcelo, que se marchó lesionado y desolado.

Acudió al envite Lopetegui con cinco cambios respecto al once que dibujó ante el Levante, retrasando además a Lucas Vázquez al lateral derecho en detrimento de Odriozola. Nacho relevó en el eje de la zaga a Varane. Del centro del campo en adelante, el traje de etiqueta, el mismo que desplumó a la Roma e hizo soñar al madridismo con un juego de fantasía.

Espíritu depresivo De aquella fulgurante propuesta se ha pasado a la depresión y un destino cruzado, que volvió a acompañar a Sergio Ramos en un remate a la salida de un córner que impactó en el palo. Proliferaban los saques de esquina en el inicio de un choque en el que el Real Madrid trataba de plasmar su tremenda superioridad percutiendo más por el costado derecho y explotando la debilidad de la zaga checa. Por allí llegó el anestésico para la intranquilidad del Santiago Bernabéu. Lucas Vázquez, al que segundos antes le habían cogido la espalda en una acción que abortó Keylor Navas, recibió de Isco y metió con rosca un centro que recogió con la testa Benzema para reencontrarse con el gol tras nueve partidos de hambruna. Acumula catorce campañas consecutivas marcando en Champions el lionés, un registro que sólo habían alcanzado Raúl y Messi. Palabras mayores.

Sedada por la diana del galo la precipitación con que se ha conducido en los últimos duelos, el campeón de Europa trató de abrigarse con el cuero. Pero bajó las pulsaciones y con ello dio vida al Viktoria Pilsen. Limbersky tuvo en sus botas el empate en otra internada por la zona de Lucas Vázquez, aunque cruzó en exceso el disparo. Tal y como arrecia la tormenta, le convenía al Real Madrid matar el pulso por la vía rápida y no insuflar aliento a un rival muy menor. Pudo hacerlo Isco si no hubiese pecado de individualismo tras un grosero error de Hruska. Prefirió disparar en lugar de cedérsela a Benzema, que se relamía solo en boca de gol. El '9' era el que tenía el colmillo más afilado y su movilidad era una persistente amenaza para los centrales checos. Muy activo y participativo, él si fue generoso en una triangulación con Bale que pudo derivar en el segundo si el galés hubiese controlado bien.

Pero fue Hrosovsky el que verdaderamente coqueteó con el gol en un remate que provocó la ira del Bernabéu. Sosegado por lo que hasta entonces era un triunfo de mero trámite y gris, el coliseo blanco explotó al ver cómo sólo un regalo del atacante eslovaco y una decisiva intervención de Keylor en el tramo inicial permitía irse a su equipo con ventaja al descanso. Demasiado para una hinchada a la que la mala racha ha agotado la paciencia.

El Madrid, que se marchó a por el bocadillo tras reclamar infructuosamente lo que pareció un claro penalti por derribo de Limbersky sobre Lucas Vázquez, necesitaba otra marcha para abrochar el triunfo y, sobre todo, disipar su mortecina imagen. Lejos de ello, volvieron los desajustes y el runrún de la grada con otra llegada del Viktoria Pilsen. Ni Isco, que habitualmente concita el beneplácito general, se salvó cuando, asfixiado, dejó su puesto al hasta entonces inédito Fede Valverde. No pudo tener mejor bautismo el uruguayo esta temporada. Filtró una bola para que Marcelo, al que dejó sólo un taconazo de Bale, se la picase al guardameta del Viktoria Pilsen y sellase una diana con dedicatoria incluida para Antonio Pintus, el preparador físico que legó Zidane. Ni aún así tuvo tranquilidad la parroquia blanca, que vio en peligro el triunfo con el tanto de Hrosovsky y se fue con otro disgusto a casa, doliéndose además por Marcelo.

Ficha del partido

Real Madrid: Keylor Navas, Lucas Vázquez, Nacho, Ramos, Marcelo, Casemiro, Kroos, Modric, Isco (Fede Valverde, min. 53), Bale (Marco Asensio, min. 74) y Benzema (Mariano, min. 87).

Viktoria Pilsen: Hruska, Rezník, Hedja, Hubník, Limbersky, Procházka (Horava, min. 64), Hrosovsky, Cermak, Havel (Ekpai, min. 75), Petrzela (Reznicek, min. 85) y Krmencik.

Goles: 1-0: min. 10, Benzema. 2-0: min. 55, Marcelo. 2-1: min. 78, Hrosovsky.

Arbitro: Orel Grinfeld (Israel). Amonestó a Limbersky, Isco, Kroos y Ramos.

Incidencias: Partido de la tercera jornada del Grupo G de la Liga de Campeones disputado en el Santiago Bernabéu.