Caza menor, problema mayor

DEPORTES

JOSE MANUEL CASAL

El domingo se abre una complicada temporada marcada por el acusado descenso de licencias y de las poblaciones de las especies cinegéticas

20 oct 2018 . Actualizado a las 17:11 h.

«Os cazadores cambiamos de mentalidade. Gozamos deste deporte doutro xeito: vendo traballar ós cans e pasando un día no monte. Non só consiste en pegar tiros. Gozamos cada paso que damos no monte. Aínda que a conciencia da sociedade é outra».

Son palabras de Lolo Penabad, cazador de As Pontes y miembro de la directiva de la delegación coruñesa de la Federación Gallega de Caza.

Así se presenta (a partir de mañana) el inicio en la comunidad gallega de la temporada de la caza menor, una actividad que intenta sobrevivir al descenso brusco tanto de licencias de cazadores como de las propias poblaciones de especies cinegéticas, mermadas por enfermedades que llegan a una tasa de mortalidad del 100 %. Estas son algunas de las claves que retratan el inicio de campaña.

LOS DATOS

Dos mil licencias menos

Según datos facilitados por la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda de la Xunta de Galicia, el año 2016 se cerró con 44.404 licencias de caza, mientras que el año pasado se saldó con 42.407 (20.000 federativas). Actualmente, hay 454 tecores aprobados en Galicia (que suman 2.651.918 hectáreas), de los que 149 (937.494 hectáreas) están en la provincia de Lugo, 123 (693.553 ) en A Coruña, 108 (667.137) en Ourense y 74 (353.734) en Pontevedra.

Respecto a las explotaciones cinegéticas autorizadas por la Consellería (treinta en Galicia, con 10.504 hectáreas), nueve están en Lugo, ocho en Pontevedra, siete en Ourense y seis en A Coruña.

LA FEDERACIÓN GALLEGA

Relevo generacional

El presidente de la Federación Gallega de Caza, José María Álvarez Villar, no es muy optimista con respecto al inicio de la temporada de caza menor, en especial en lo referente al conejo, especie cuya población decrece año tras año e incluso desapareció en muchos tecores (en el caso de la caza mayor, el corzo también acusa un descenso de población, mientras el jabalí mantiene su presencia).

Atribuye la disminución de licencias «a que no hay un relevo generacional en este deporte y esta actividad tienen un gran número de aficionados en gente de edad avanzada que, unos por la disminución de sus condiciones físicas y otros por la escasez de especies en las que se centraba su actividad de caza menor, desisten de renovar sus permisos», analiza.

Considera «muy complicado revertir la tendencia negativa en el número de cazadores» Y, coincidiendo con Lolo Penabad, lo achaca a la despoblación del rural gallego. «La gente de las ciudades tiene poco conocimiento de este deporte y tampoco muestra interés por la actividad cinegética», explica, al tiempo que apunta al desembolso económico que supone para los jóvenes iniciarse en la caza. «Desde las federaciones, estamos intentando potenciar este relevo generacional. Se han creado grupos de trabajo y se realiza promoción dirigida a los jóvenes», muestra.

A pesar de que la temporada que empieza mañana es la de la caza menor, está en boca de todos la caza del jabalí, que se inició el 25 de agosto. «Las capturas están en parámetros similares a otros años. Creo que hay una sensación equivocada de que la especie está aumentando. Y eso no es correcto ya que, por datos que tenemos, las poblaciones de jabalíes se mantienen. Lo que sucede es que el jabalí, animal inteligente donde los haya, se ha desplazado de su entorno y se esta habituando a las zonas urbanas, donde sabe que no se le puede dar captura. También debido al abandono del rural hace que se desplace a zonas urbanas para buscar alimento», razona.

Los cazadores

Repoblación y hábitat

«Levamos adestrando desde setembro e vemos a poboación que hai de coello. Non é o que agardábamos, pero saír, imos saír igual, por esa paixón do entorno natural que nos move», avanza Lolo Penabad. Para él, si hay un atisbo de esperanza en la recuperación, pasa «pola repoboación dos tecores e a mellora do hábitat».

JOSE MANUEL CASAL