El misil que enmudeció Zaragoza

Marta de Dios Crespo
MARTA DE DIOS LUGO / LA VOZ

DEPORTES

Carlos Castro

Carlos Pita guio a los suyos al triunfo en el estadio maño con un tanto desde 50 metros

24 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

No es la primera vez que Carlos Pita (A Coruña, 1984) sorprende en Segunda con su magia. El capitán del Lugo fue el protagonista de la jornada en Zaragoza, después de marcar un gol desde medio campo y guiar a los suyos hacia el triunfo. Jugaba mejor el conjunto de Javi López, pero era incapaz de convertir sus ocasiones. El mediocentro se encontró con un regalo de Zapater en el círculo central y alzó la vista lo justo para descubrir a Cristian Álvarez adelantado. No lo dudó, armó la pierna y disparó. El balón recorrió 50 metros antes de burlar al portero y enmudecer a La Romareda.

«Salió perfecto, golpeé bien y el Cristian estaba bastante adelantado. Ese gol ya lo había intentado más veces», comenta Carlos Pita de buen humor tras una sesión de recuperación en el campo de O Ceao. «Cuando Zapater toca el balón, me queda justo delante, ya no tengo que hacer ningún toque, perfecto para intentar el golpeo. Tenía delante a Javi Ros, tapándome una línea de pase a Dongou», explica sobre la ejecución del pelotazo más comentado de la semana.

«Por escenario, probablemente el de La Romareda es el gol más bonito de mi carrera»

Muchas veces ha agitado su varita a lo largo de su carrera. Escarbando un poco en su historial, aparecen goles antológicos, como un gol olímpico que marcó contra el Vecindario cuando el Lugo todavía militaba en Segunda B. «Fue en La Romareda y el escenario ya lo cambia todo un poco. Probablemente el del sábado sea el gol más bonito que haya metido», dice mientras hace memoria. «Metí uno muy bonito también en un playoff de Tercera con el Dépor B, pero son completamente diferentes. Aquel había sido en jugada elaborada con el equipo y este fue un golpeo desde lejos», recuerda.

Su zapatazo contra el Zaragoza evocó el que se cascó Juan Carlos el año pasado contra el Sporting de Gijón. El portero del Lugo dejó de piedra al Ángel Carro con un golpeo certero desde su propio campo que noqueó a Diego Mariño. «No, no, no», dice riéndose Carlos Pita si le proponen un pique de lanzamientos largos contra el meta de Guadalajara. «No tengo nada que hacer ahí, si me pico con él pierdo seguro. Eso fue un golazo brutal, a mí no creo que me llegue desde donde la lanzó él. Tampoco tengo la precisión que le puso Juan Carlos. Es muy difícil lo que hizo», se sincera recordando el misil del guardameta, que este año sigue defendiendo los colores del Lugo.

«Si me pico con Juan Carlos pierdo seguro, es muy difícil lo que hizo el año pasado»

Carlos Pita acumula 220 partidos a sus espaldas con la camiseta rojiblanca y aunque el año pasado le costó entrar en el once tras superar una lesión de menisco, para Javi López el capitán ha vuelto a ser imprescindible. «La verdad es que este año me estoy encontrando bastante bien, tuve suerte de hacer la pretemporada desde el principio», reconoce y explica que «el año pasado, la operación me retrasó bastante y los compañeros estaban a un nivel altísimo cuando yo pude volver. Este año sí pude entrar desde el principio, cogiendo ritmo, cogiendo buenas sensaciones y eso lo estoy notando muchísimo».

Solo Seoane, su inseparable pareja en el pivote, supera a Pita en partidos con los del Ángel Carro. 249 hizo el de Ames en Zaragoza. «Jugar con Fernando es facilísimo, siempre está realizando ayudas, siempre sabes que vas a tener la cobertura de él por detrás y sabes que todo es más fácil», elogia a su compañero. Juntos se adaptan bien al nuevo sistema con dos líneas de cuatro, a pesar de llevar años compitiendo con otro planteamiento. «Al final la salida de balón y el trabajo ofensivo vienen siendo los mismos o parecidos, cambia un poco sí defensivamente, porque tenemos que asumir otro papel y otra manera de defender, pero estamos igualmente cómodos»

Un gol necesario

Más allá del arte, el gol de Carlos Pita era necesario. «Defensivamente estábamos trabajando muy bien y ellos apenas habían llegado. Sí que tenían la pelota, pero el control del partido lo estábamos teniendo nosotros. Tuvimos un par de llegadas que no llegamos a rematar. Luego les tapamos muchas líneas de pase por dentro, robamos muchos balones e hicimos muchos contraataques y la falta al palo de Cristian para poder irnos al descanso con más ventaja», analiza Pita.

La victoria le sirve al Lugo «para recuperar las sensaciones del inicio de Liga, que eran buenas y el equipo estaba trabajando bien. Después del partido de Madrid y del Oviedo, el equipo bajó de nivel y no había estado en una buena línea». Explica que la victoria en La Romareda, tal y como se dio, le viene bien al Lugo por las formas. Necesitaban jugar «controlando el partido, volviendo a sentirnos cómodos en el campo, sueltos, ofensivamente con las ideas bastante claras. Se nos vio disfrutar bastante y defensivamente hicimos un partido muy completo durante los 90 minutos».