Salvar la papeleta al contragolpe

Fernando Rey Tapias

DEPORTES

DON EMMERT

03 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Nadal salió airoso del típico partido contra un rival que se vuelca al ataque porque no tiene nada que perder y en un partido normal carece de cualquier opción. En ese contexto, a Basilashvili le salió todo: el servicio, la derecha, el revés... Y solo le abandonó algún eror en la volea. Salvó el paritdo Rafa y pasa a cuartos sin jugar bien ante un rival mucho más complicado de lo que se esperaba. Pero con el rodaje de un tipo de encuentro que le puede venir bien de cara al siguiente duelo contra Thiem.

Basilashvili jugó casi todo el partido atacando cada uno de sus golpes con un elevadísimo porcentaje de aciertos. Rafa planteó el encuentro a la contra esperando su momento, que encontró en los dos primeros sets. Salvó esos dos primeros sets cambiando tácticamente, variando las alturas de la bola para evitar intercambios planos que le perjudicaban. Y disfrutó de 1-0 y 0-40 para ponerse con 2-0 y saque en el tercero. Entonces Basilashvili se enrabietó a raíz de un incidente con el juez de silla, que le había pitado una pérdida de tiempo en el servicio, reaccionó y jugó de forma impecable hasta ganar el tie break ante un Rafa que no llevaba la iniciativa. Ya en la cuarta manga, se vio la diferencia de alguien que juega al límite en todos sus golpes, algo que te puede pasar factura, como le sucedió a Basilashvili. Se le hizo demasiado largo el cuarto set, con errores no forzados que no había cometido en los tres sets anteriores.

Nadal salvó el partido con su fortaleza mental y física, pero no sacó bien y tuvo muchas dudas en las posiciones para el resto ?se iba muy atrás para responder los primeros y se adelantaba bastante para los segundos?. Unas lagunas que le hicieron sufrir más de lo previsto contra un pegador como Basilashvili.

Supera Nadal un entrenamiento de cómo jugar todo a la contra contra un rival que ataca todo como su única baza. Una última rareza, que Rafa se equivoque a nivel táctico, al cargar tanto el juego al revés de un rival que con ese golpe conectaba más ganadores. Un despiste que dio aire al georgiano.