Con una zaga de tres centrales sufrió el Sevilla por la derecha y por la izquierda en ese primer tiempo con las subidas de Semedo y Jordi Alba, aunque pasaron muchos minutos hasta ver que el Barcelona, sin chispa, ofreciese algo más que las intentonas del lateral catalán. Sin embargo, pese a su reiteración en ataque, la actitud de los azulgrana era positiva, al contrario que la del Sevilla, preocupado sólo por aguantar y sin durarle la pelota unos segundos. El balón, aunque moviéndose sin la rapidez ni la precisión necesarias, era posesión casi exclusiva del Barcelona, aunque el equipo de Valverde debía mejorar en la segunda mitad, sobre todo en profundidad y remate, porque en la primera parte le sobró tanto toque y le faltó puntería.
Aunque Valverde no esperó para dar otro aire al medio campo con Rakitic y Coutinho, el Barcelona siguió con muchos problemas para encontrar espacios y creció sin embargo el peligro del Sevilla tras el descanso con los contragolpes del equipo de Machín. Incluso a la hora de partido el larguero salvó a los azulgrana en un remate del 'Mudo' Vázquez, en un período en el que el favorito se debatía entre atacar o no con decisión en busca de la remontada. El Sevilla, en cambio, intentó dar un paso al frente para intentar mantener la pelota y no conceder tantas opciones al Barcelona y Machín incluso hizo debutar al recién llegado André Silva. En la recta final, Vaclik, que ya había mostrado importante en el primer tiempo, se encargó de impedir el segundo del Barça con un par de paradas, consecutivas, a Luis Suárez y Messi, pero apareció Dembélé, aunque aún hubo tiempo para la incertidumbre con el penalti fallado al final por Ben Yedder.