Triunfo de la constancia y el día a día

Delio Fernández

DEPORTES

JEFF PACHOUD | AFP

La regularidad de Thomas, bien arropado por el Sky, clave de su victoria en la ronda francesa

30 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Habíamos dicho justo antes de la salida del Tour que la primera semana de carrera iba a ser importantísima. Así le sucedió a Richie Porte, un líder que se fue pronto para casa. Era importante no perder el Tour en la primera semana porque, como se acabó viendo, las diferencias en la montaña entre los más fuertes fueron pequeñas. Los cuatro primeros clasificados en la general fueron también los corredores que se mostraron más sólidos en esta edición.

Thomas es justo vencedor. No tuvo ningún día en el que estuviera especialmente mejor, pero fue el más regular. En su pelea con Dumoulin tuvo bastante influencia el minuto largo que el corredor del Sunweb cedió en aquel pinchazo en la primera semana. Thomas jugó a defender. Al final el Tour se gana no perdiéndolo ningún día.

El Sky fue el equipo más fuerte de largo, con dos ciclistas de cabecera. Thomas no tuvo ninguna caída, ningún pinchazo y fue el más fuerte y regular. Se trata de un corredor que siempre había estado a la sombra de Froome, y cuando estás a la sombra de un gran líder tienes que trabajar siempre para él. Habrá a quien le extrañe verlo en lo más alto del podio de París, por su edad, o porque nunca hubiera figurado en un top 10 del Tour, pero estaba entre los favoritos a ganarlo este año. Es un ciclista que suele tener un día malo en la montaña, y este año no ha tenido ni un mínimo momento de debilidad, siempre constante y llegando entre los mejores. Esa fue la diferencia, no falló ningún día. Y este año había ganado la Dauphiné, la previa del Tour, además con autoridad.

Froome estuvo más sólido que en el Giro, pero sufrió la caída del primer día. Dumoulin y Froome son los únicos de los favoritos que doblaron este año Giro y Tour, y uno acabó segundo y segundo, y el otro primero y tercero. Del resto de favoritos, echamos de menos a Nibali, que estaba muy fuerte pero se cayó el primer día de montaña. Esperaba algo más de Landa y de Quintana, que estuvieran más en la pelea, pero cedieron segundos todos los días.

Un Movistar ofensivo

En todo caso, el Movistar fue bastante ofensivo en este Tour. Está claro que las cosas no le salieron como habría querido, pero no hay mucho que objetarle. El equipo lo intentó, pero a sus dos hombres para la general ?Landa y Quintana? les faltó la condición física. La preparación no es matemática. A veces llegas peor que otros años, y consigues mejores resultados; eso le pasa a todos los corredores, que pueden llegar a una carrera importante mejor que nunca, y no salirles las cosas bien. Y Sky ha vuelto a controlar la carrera muy bien.

Respecto al resto de los españoles en esta edición, hay que destacar que cada año el número decrece. Además de Landa, hablamos de los hermanos Izaguirre, a los que les faltó una victoria de etapa, Mikel Nieve, al que cogieron a 300 metros de meta un día... Los españoles estuvieron muy activos en la montaña, el terreno en el que históricamente están mejor. Omar Fraile consiguió la única victoria española en la montaña. Los españoles jugaron más boletos en la montaña de los que les tocó.

Una edición notable

Mirando el global, le vamos a poner un notable a esta edición del Tour. En los últimos años se les achacan a muchos corredores no intentarlo más. Este año hubo más ataques de lejos. Pero hay que ponerse en la piel de los ciclistas. Cuando atacas a lo mejor el día siguiente lo pagas. Los ataques tienen que ser más medidos, es entendible. En el ciclismo de hoy en día hay muchísima igualdad, y los sobreesfuerzos se pagan. El corredor más fuerte en los últimos Tours corre con el equipo más fuerte, y así es difícil hacerle daño. Landa lo intentó este año varios días, y acabó perdiendo tiempo. Sky controló la carrera muy bien.

EL ANÁLISIS DE DELIO FERNÁNDEZ, CICLISTA