Alonso mira hacia Indianápolis

david sánchez de castro MADRID / COLPISA

DEPORTES

LOIC VENANCE | AFP

La victoria del piloto asturiano en las 24 horas de Le Mans le da la segunda de las tres partes de la Triple Corona y aviva el reto de ganar las 500 Millas

19 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Cuando puedo, gano, y cuando no, lo intento». Esta frase dijo Fernando Alonso a los medios presentes en el edificio principal del circuito de Le Mans minutos después de que su compañero Kazuki Nakajima llevase a la meta de las 24 horas el Toyota TS050. La sonrisa del asturiano era mucho más elocuente que esa declaración, que no es más que la constatación de que siempre que tiene armas, Alonso va a pelear por ganar. Sea en Fórmula 1, en Le Mans o en las chapas.

Lo conseguido por Alonso es histórico, pero no es el primero en lograrlo. No es el primer campeón de fórmula 1 en conquistar el trazado de La Sarthe (antes lo hicieron Phil Hill y Graham Hill), ni el primer español en subirse a lo más alto del podio, ya que Marc Gené fue el pionero. Ni siquiera es el primero que ha desempolvado el viejo sueño de la Triple Corona.

Espejo para muchos

Es histórico porque, quizá, sea el espejo en el que se van a mirar muchos corredores a los que la fórmula 1 se les queda pequeña (lo cual habla mal de la propia fórmula 1). No es casual que en la parrilla del sábado estuvieran otros 22 pilotos con pasado en el gran circo, ni que algunos de ellos como Jenson Button o Juan Pablo Montoya solo participasen en esta prueba para saborear por primera vez Le Mans y, quién sabe, intentar el asalto a esa Triple Corona también. De hecho, el colombiano está igual de cerca que Alonso en lograrlo, ya que él ha ganado el Gran Premio de Mónaco de fórmula 1 y las 500 Millas de Indianápolis.

El gran cambio de paradigma es que Alonso lo está intentando a la vez. La búsqueda de una gesta que solo ha logrado un piloto en la historia, Graham Hill, le ha hecho dividir sus esfuerzos entre una fórmula 1 en la que el podio es un sueño y un Mundial de Resistencia en el que todo lo que no sea ganar o, al menos pelearlo, es un mal resultado. Alonso quiere convertirse en el piloto más completo del momento, y por eso no duda en redoblar sus esfuerzos, viajes, preparación física y mental...

¿Qué motivación tiene Alonso por competir en dos mundos totalmente distintos como la fórmula 1 y la resistencia? No es el dinero. En McLaren le pagan más de 30 millones al año, a lo que hay que sumar lo que ingresa indirectamente al poner su marca de ropa Kimoa como patrocinador.

Lo hace por puro vicio. Es un enfermo de las carreras, y ahora que ya ha probado la fórmula 1, la resistencia y la Indy, quiere ganarlo todo. ¿Volver a las 500 Millas? Lo hará, seguro, pero aún no sabe cuándo. Alonso y su equipo de confianza (básicamente su mánager Luis García Abad y su amigo-asistente Galle) van a estudiar de cerca las ofertas que tienen sobre la mesa para decidirse por un plan deportivo de 2019. Todo está abierto: desde seguir en F1 compaginándolo con el WEC hasta junio, cuando acaba la super-temporada, hasta disputar solo una competición, bien sea la fórmula 1, el WEC o la Indy, no solo la 500 Millas.

«Ganar las 24 horas de Le Mans es el gran objetivo de cualquier piloto. Si buscas las grandes citas del automovilismo son las 24 horas de Le Mans, las 500 Millas de Indianápolis, el rali de Montecarlo. Son citas históricas que todos tenemos en la cabeza. Conseguir ganar estas citas supone muchísimo. La Triple Corona sigue siendo un objetivo muy atractivo porque solo un hombre en la historia lo ha hecho (Graham Hill). Yo también estoy intentando ganar el WEC, tengo el de Fórmula 1 ya.... La Indy sería la Triple Corona más triple», contestaba Alonso al respecto.