Un viveirense crea una colección de llaveros de las Champions del Madrid

DEPORTES

XAIME RAMALLAL

Pagó de su bolsillo la primera tanda y ahora le llueven los encargos

12 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando después de 12 años de sequía europea, el 24 de mayo del 2012 el Real Madrid se impuso al Atlético de Madrid en la final de Lisboa logrando su décima Champions League, José David Casas Trillo (Reino Unido, 1977) tuvo una idea. «Trabajo en la máquina láser de una fábrica de Viveiro y se me ocurrió diseñar una imitación de la copa en forma de llavero», relata. Con ayuda del personal de la industria y pagando con su dinero la «orden de trabajo» encargó una primera tanda de 50. «Me hacía ilusión por mí, que soy madridista de toda la vida, y también por los amigos, para que tuviesen un recuerdo mío, pero enseguida se corrió la voz y los cincuenta llaveros desaparecieron, así que pedí otros cien», explica un hombre cuya pasión por el Real Madrid tiene reflejo en su día a día, puesto que poca gente sabe su nombre real, y casi todo el mundo lo conoce por su apodo: Prosi. «Después de vivir unos años en Suiza, llegué a Viveiro con 14 años, cuando el Madrid iba a fichar a Prosinecki, y empecé a decirle a todo el mundo: ‘O me llamas Prosi o no te contesto’. Y con Prosi me quedé», señala.

Peñas de Suecia y Noruega

Aquel primer llavero llegó incluso a los oídos de peñas madridistas de Suecia y de Noruega, que se los pidieron a través de Facebook y Messenger. «Nunca pensé que estaría en contacto con un madridista de Suecia y llegué a hablar por teléfono con uno», comenta sonriendo.

Y en el 2016 en Milán, y de nuevo ante el Atlético, el Madrid se hizo con la décimo primera Champions. «La gente empezó a decirme: ‘Vete haciendo el llavero de la undécima’ o ‘Yo lo quiero, que la otra vez lo cogí’». Así que hice otra tanda, pero esta vez lacada con pintura en polvo», indica. Con la duodécima, lograda en el 2017 en Cardiff frente a la Juventus, los encargos llegaron rodados. «En esa ocasión incorporé el escudo del Madrid», indica. Cuando el Madrid llegó a la final de Kiev, David, que nunca se ha planteado dedicarse profesionalmente a esto, estuvo a punto de dejarlo. «Pero pensé: ‘Tengo que seguir con la colección, aunque sea solo por los amigos y por la gente que tiene los otros tres’». Así creó el llavero de la «trécima» que, en un guiño a los culés, incorpora los nombres de las ciudades del «triplete europeo» del Madrid. Agotó los primeros 100 en 48 horas, y tiene unos 300 encargos más para, entre otros, peñas de Ames, Ares o Cangas do Morrazo. «Con lo que pido por ellos cubro gastos y poco más. Mi mujer incluso me dice que pierdo dinero por todos los que acabo regalando», confiesa.