Toro y Germade apuntan a Tokio con dos oros europeos

DEPORTES

Participan juntos en el triunfo del K-4 500, el lucense vence en K-2 200 y el cangués se cuelga la plata del K-2 500

10 jun 2018 . Actualizado a las 22:48 h.

Tercera en el medallero final con tres oros, una plata y tres bronces. Cuatro podios, dos con el escalón superior en propiedad, entre las doce pruebas incluidas en el programa olímpico de Tokio 2020, rozando la ceremonia de entrega de preseas en otras dos de ellas. Y un equipo de kayak masculino que ofreció una brutal demostración de poder. La selección española de pista cerró ayer su participación en el Campeonato de Europa Absoluto de Esprint postulándose en Belgrado como una de las aspirantes a protagonizar el Mundial del mes de agosto; pero también a un asiento entre las potencias ganadoras de la conflagración incruenta que en dos años se desatará en los Juegos Olímpicos organizados por la capital de Japón. Y ello, con una alta dosis de ADN gallego en la savia que alimenta a la robusta armada española.

Empezando por ese temible galeón en el que se ha convertido en los últimos años el K-4 500 hispano, la gran apuesta de la Real Federación Española de Piragüismo con vistas a Tokio. Con el campeón olímpico Saúl Craviotto marcando su compás tras enrolarse en la tripulación en el último selectivo nacional, los gallegos Cristian Toro y Rodrigo Germade y el balear Marcos Cooper se desquitaron en la mañana de ayer de la final mundialista que les había ganado el K-4 alemán de Rendschmidt, Rahue, Liebscher y Lemke el pasado verano. Por un suspiro, 14 milésimas, frente a las 786 con las que se habían impuesto el viernes en la serie de clasificación a los teutones. España cubrió el medio kilómetro de la final en 1.18.559, sacándole 6 décimas en el último 250 a su rival en un duelo tan igualado, que conoció vencedor ya con los palistas de nuevo pie en tierra.

Tal fue el poderío y la suficiencia del cuarteto español, que menos de hora y media después Cooper y Germade se colgaban la plata en el K-2 500 remontando en el último 250 desde la quinta plaza para parar su crono en 1.27.630, acabando a 13 centésimas de un oro que voló a Hungría. Por su parte, Craviotto y Toro sumaron a su condición de campeones olímpicos la de reyes de Europa del K-2 200, conquistando su segundo oro continental en menos de cuatro horas con un tiempo de 31.250, 138 milésimas de segundo menos que los serbios Grujic y Novakovic, subcampeones.

El manchego Carlos Garrote logró el título en el olímpico K-1 200, en 34.655 a cara de perro con los barcos lituano, serbio y ruso.

Con la miel en los labios se quedaron Teresa Portela y Adrián Sieiro en el 200. La canguesa, de hecho, fue anunciada en un primer momento por la megafonía del campeonato como bronce en el K-1, pero finalmente ocupó el cuarto puesto a 38 milésimas de la danesa Emma Jorgensen, y a 0,54 segundos de la campeona, la polaca Walczykiewicz. No obstante, una demostración de que Teri sigue siendo opción de metal. El que Sieiro, cuarto también en su final, vio volar en el C-1 por 142 milésimas el día después de conseguir con su compañero del Piragüismo Poio Sergio Vallejo el bronce en el olímpico C-2 1.000. El grovense Tono Campos acabó cuarto en la final directa del C-1 5.000.