Florentino Pérez prolonga su ridículo en el caso Cheryshev

Francisco Pastor

DEPORTES

Dyd Fotografos

El Tribunal Supremo cierra el asunto al no estimar las alegaciones del Madrid

08 jun 2018 . Actualizado a las 12:08 h.

El ridículo del caso Cheryshev, aquel que llevó al Real Madrid a caer eliminado de una Copa del Rey por su alineación indebida, no parece tener fin. En lugar de haber asumido el error, como ya padecieron diferentes clubes en situaciones similares, Florentino Pérez se ha empecinado en reclamar algo, que fue objeto de burla, no solo en Cádiz, también en media España.

Pues bien, el Tribunal Supremo cerró ayer el caso al no admitir el recurso de casación interpuesto por el Real Madrid contra la sentencia de la Audiencia Nacional, que confirmó la alineación indebida del jugador en el partido de la Copa del Rey jugado en Cádiz el 2 de diciembre del 2015.

La resolución del Supremo, contra la que no cabe recurso alguno, cierra un proceso iniciado hace casi tres años, después de que la justicia deportiva diera el partido por perdido al Real Madrid por alineación indebida del jugador, que fue alineado cuando tenía pendiente un partido de sanción de la temporada previa en la que jugó cedido en el Villarreal.

El Real Madrid acudió a la justicia ordinaria y, después de que la Audiencia Nacional tampoco le diera la razón, presentó recurso de casación ante el Tribunal Supremo, que no ha sido admitido, según avanzó iusport.

El Real Madrid defendió en anteriores recursos que la sanción que arrastraba el ruso Denis Cheryshev no fue notificada personalmente al jugador, que no tenía validez por cumplimiento de ciclo y que había prescrito en todo caso.

Ridículo histórico

Todo sucedió en un partido de Copa. Rafa Benítez dejó en Madrid a sus jugadores más importantes (Bale, Cristiano, Modric, Kroos, Benzema o Keylor Navas) y alineó a un equipo de suplentes, entre ellos un Cheryshev que se sentía ninguneado y que estaba meditando incluso su salida ante la falta de minutos. Jugó y al poco de empezar marcó.

Todo iba con normalidad, hasta que un gallego, el viveirense Emilio Rosanes, recibió la llamada de un medio de comunicación que había descubeirto que él conocía la irregularidad. Explicó que le había mandado un fax al Madrid advirtiéndole de la circunstancia, pero que no le habían hecho caso y que el equipo había incurrido en alineación indebida. Su voz se corrió por el Carranza. El templo cadista se revistió de Carnaval, creando al momento sus improvisadas chirigotas: «Benítez mira el Twitter», «Cheryshev no puede jugar» y «Campeones, campeones» fueron los hits que más sonaron.

Butragueño abandonó en ese instante el palco y al rato se vio al delegado del Madrid, Chendo, desolado en el banquillo. Nada más iniciarse la segunda mitad, con 0-1 en el marcador, Benítez cambió a Cheryshev, pero ya era demasiado tarde.

El tema escoció mucho en el seno de la casa blanca. Tanto, que Florentino Pérez se empecinó en acudir a la justicia ordinaria, para intentar que le dieran una razón que nunca llegaría. Ahora, el Supremo da el carpetazo definitivo. La última bofetada.