La electricidad con sello de autor

X.R.Castro

DEPORTES

25 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Un hombre tranquilo, de chándal en los banquillos y de ideas fijas. Futbolista de perfil medio, Klopp es por encima de todo un oráculo para sus equipos. Un psicólogo en potencia, capaz de convencer a sus jugadores de que pueden mirar a los ojos y desafiar a los gigantes sin necesidad de vivir atormentados en la cueva, sino jugando a campo abierto, como le gustaría hacer a todos los más ricos, aunque algunos prefieran vivir del contragolpe. Una propuesta visceral que nace del método y de la tecnología, de la siempre fue un avanzado.

Pero Jürgen, es sobre todo personalidad e intervencionismo en el juego. Solo así puede entenderse que el Dortmund desafiase al Bayern de Guardiola, y que Pep mordiese el polvo de la derrota en esta misma edición de la Champions. Y que ahora, esté decidido a plantarle cara al Madrid, aunque con el disfraz de víctima.

Klopp es de esos entrenadores que jamás pasan inadvertidos, que imprimen un sello inconfundible a todos los equipos, que nunca renunciarán a una manera de jugar aunque la orejona esté al alcance de la mano. Lo hizo en el Mainz, equipo que cogió como interino y en el que luego estuvo siete años, lo repitió en el Borussia y ahora ha encontrado en Liverpool su paraíso perfecto. Extrovertido y cercano, encaja como nadie en el sentimiento de los aficionados red, y por encima en el campo dirige a tres balas en el ataque, la excusa perfecta para hacer del fútbol el deporte más eléctrico y divertido del planeta. Un regalo para la vista que va más allá de ganar o perder una Copa de Europa en 90 minutos.