El taekuondista vigués Miguel Barreiro realizará exhibiciones con un equipo integrado por los mejores de la disciplina
09 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.¡¿Estoy despierto?!», estalló Miguel Barreiro (Vigo, 2000) cuando hace unos días el equipo de exhibición de la Federación Mundial de taekuondo le trasladó que había sido seleccionado para formar parte del mismo. Algo inaudito que llevará al deportista y estudiante vigués a participar en una gira de exhibición que entre junio y diciembre realizará el considerado como mejor equipo del mundo de la disciplina.
«Todavía no tengo mucha idea de cómo será. Estamos esperando que nos den los detalles, pero suponemos que entrenaré con ellos y cuando haya exhibiciones, participaré. Es un equipo seleccionado, casi todos son coreanos, que son los mejores del mundo, y lo que hace es ir a eventos a hacer demostraciones, no a competir», explica Miguel, que, a la espera de detalles, cree que Corea puede ser el campamento base donde trabajen.
La incipiente aventura de Miguel con el equipo de exhibición de la Federación se fraguó en Grecia. El vigués, que forma parte del Yidam-CEIP Balaídos, participó junto a otros compañeros en el Campeonato del mundo playa en la isla de Rodas y el último día de competición conquistó la medalla de plata en la modalidad de rompimientos libres ?en dos minutos puede romper un máximo de diez tablas en modo coreografía? y en la de rompimiento en altura. En la fiesta posterior al torneo subió a recoger su diploma y de repente el equipo de exhibición de la Federación, integrado por coreanos, realizó una demostración y le felicitó junto a los demás finalistas. Él, a sus 17 años, era el más joven, y ahora se encuentra expectante por el paso adelante que se le presenta.
¿Cómo se llega a la élite internacional? Pues saltando (mucho) y rompiendo. Dentro del taekuondo de exhibición, la modalidad de rompimiento en salto de altura es la favorita de Miguel y la que le ha abierto las puertas de una gira mundial que le tiene ilusionado. Y todo, gracias a que unos números de vértigo. «En el Mundial competí en la modalidad de patadas más altas sin haber practicado mucho y el primer día hice 2,60 metros. El segundo 2,55». Ratios estratosféricos en un deporte cuya espectacularidad es su sello y que exige enormes dosis de entrenamiento y esfuerzo.
Alcanzar lo más alto, literal y metafóricamente, no es fácil. Miguel Barreiro tenía tres años y medio la primera vez que escuchó hablar de taekuondo. Debía escoger actividad extraescolar y su padre le llevó al Balaídos para que viese lo que había. «Era demasiado pequeño, pero mi entrenador me cogió. Desde entonces siempre he practicado taekuondo de exhibición, del de combate tengo nociones básicas». Mucha disciplina y sobre todo un intenso entrenamiento que le han llevado a ser tres veces campeón de España de exhibición y que ahora le abrirán las puertas del mundo.