El control de la presión, su pasaporte

DEPORTES

RAMON LEIRO

Da el salto a sénior en el próximo Mundial después de colgarse en júnior todos los títulos internacionales

29 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El horizonte de los Juegos Olímpicos está más próximo en la cabeza de Melania Rodríguez que en el calendario. La gimnasta pontevedresa acaba de regresar de Bakú de revalidar el título de campeona de Europa y ya entrena para el Mundial de San Petesburgo, donde dará un salto cualitativo en su carrera. La reciente medalla de oro fue la última en categoría júnior, Melania competirá a partir de ahora en absoluto en doble mini tramp y cama elástica (modalidad olímpica). La carrera hacia Tokio 2020 ha empezado para ella. No tiene referentes deportivos con nombres propios, si acaso se fija en las competidoras chinas o bielorrusas, pero sus condiciones mentales y técnicas la llevan de la mano a la cima deportiva.

Para entender bien sus cualidades, el entrenador nacional de trampolín, Pablo Hinojar, reconoce que la frialdad de Melania en la competición es clave en su progreso. «Controla la presión de tal forma que la canaliza para competir. No se fija barreras, ni se pone nerviosa», comenta el que además es su entrenador en el Centro Galego de Tecnificación Deportiva (CGTD) de Pontevedra, donde está becada, es su técnico desde niña. Esa gestión mental que hace en cada prueba unida a unos «músculos inteligentes», son parte del triunfo de esta gimnasta de 17 años. «Ejecuta las técnicas y los movimientos como si fuese un libro, analiza la teoría y la traslada a la práctica», explica Hinojar, que reconoce que la gimnasia es una disciplina que te exige «entregar la infancia, la adolescencia y parte de la vida. Vives para esto», señala.

Sin embargo, Melania resta importancia a sus éxitos. Con un Mundial júnior a sus espaldas y dos campeonatos de Europa, además de tres años consecutivos siendo medalla de oro en España en doble minitramp, reconoce que solo hace lo que le gusta. «Las Olimpiadas son mi sueño deportivo por cumplir», comenta. No parará hasta que lo consiga. Como dice el seleccionador solo tiene un problema. «Tiene tolerancia cero al fracaso y a la frustración», señala. Esto no la frena en sus intentos, pero el salto de júnior a absoluto le hará ver las diferencias sobre la cama elástica. Sus entrenadores, y ella misma, aseguran que está preparada para competir al máximo nivel, la experiencia de sus competidoras es el único inconveniente que puede tener. «Está teniendo buenos resultados a edad temprana y cuando se plantea un objetivo lo trabaja cueste lo que le cueste», concluye Hinojar.

El Mundial de Rusia del próximo otoño será un buen termómetro para medir su estado tanto en cama elástica como en doble minitramp. A la hora de evaluar el ejercicio, se tiene en cuenta cómo lo ejecutan, la dificultad y la altura. Es en este último aspecto donde más deben incidir, pero también es donde se topan con la precariedad. Melania entrena en el pabellón de A Xunqueira y no pueden saltar todo lo alto que quieren para no tocar el cableado del techo. «No puede coger más altura, pero hacemos lo que podemos», señala el técnico, que asegura que Rodríguez es una gimnasta que a la hora de competir mejora los resultados de los entrenamientos, lo que favorece este hándicap diario. «Los meses que me quedan seguiré en la misma línea para cumplir mis metas», concluye Melania antes de subirse a la cama.