«Dudé en la salida y Cruyff me lo clavó»

Luis Manuel Rodríguez González
luis m. rodríguez OURENSE / LA VOZ

DEPORTES

Alex Carausan

El que fuera portero ourensanista Joel Castro aún guarda en su memoria la estampa del astro holandés en una de sus primeras apariciones con la camiseta del Barcelona, en el año 1973

11 abr 2018 . Actualizado a las 13:24 h.

La mirada de Joel Castro Nieto (Xinzo de Limia, 1951) desliza un toque nostálgico cuando vuelve a pisar el césped de O Couto. «Tengo que reconocer que en los últimos años he estado alejado por completo del fútbol, hacía mucho tiempo que no entraba aquí». Y entre indicaciones sobre la ubicación de los antiguos vestuarios y los graderíos, el que fue portero del Club Deportivo Ourense se encaminó enseguida hacia la portería en la que Johan Cruyff, por entonces la máxima figura del balompié mundial, le marcó un gol.

La jornada del 20 de octubre de 1973 es inolvidable para muchos aficionados gallegos que disfrutaron a escasos metros de las filigranas y gambeteos del holandés volador, abanderado de lo que en aquella época se denominaba fútbol total. Y a Joel le tocó hacerlo a ras de suelo, bajo el portal del combinado anfitrión: «Era imponente, con aquella planta y su melena. Se movía como una gacela, una auténtica figura. Solo había jugado un amistoso en Barcelona, pero se veía que era quien mandaba sobre el campo. Después de empatar 0-0 con el Panathinaikós que dirigía Pancho Puskas, sus primeros goles fueron aquí. Me tocó jugar la segunda parte y no tardé mucho en verlo de cerca. Fue un balón que, creo recordar, condujo Aicart por la izquierda, lo mandó al centro del área y allí se plantó Cruyff. Dudé en la salida y me lo clavó, no sé ni como lo hizo, con una velocidad de ejecución a la que no estaba acostumbrado».

Sin duda, es una imagen icónica para Castro Núñez, como lo fueron muchas de las que dejó Johan. Y es que aquel enjuto futbolista recién llegado de los Países Bajos era el as en la manga que el club culé pagó a precio de oro. Aterrizaba con tres Copas de Europa en su bolsillo, pero marcado por el rencor de los directivos del Ajax de Ámsterdam, que se negaron a darle el pase internacional.

El cancerbero ourensanista recuerda que el componente económico también marcó el amigable de O Couto: «Las cifras del traspaso de Cruyff eran mareantes, pero para un club como el nuestro fue importantísimo que ficharan a Tomé. Pagaron doce millones y nuestro presupuesto, tras ascender de Tercera a Segunda era de poco más. Lo vieron en un Torneo Ciudad de Salamanca en el que eliminamos al Anderlecht belga y Tomé se salió en aquel partido».

El centrocampista de Moaña jugó el amistoso con la camisola rojilla, pero ya era futbolista blaugrana a todos los efectos, de hecho la entidad catalana había cedido a Teixidó y a Pousada en el acuerdo que también incluía el encuentro amigable entre ambos planteles. Joel relata otra anécdota que durante años dio mucho que hablar en Ourense: «Desde el Camp Nou habían ofrecido a tres jugadores para que aquí escogieran dos y el descartado fue Antonio Olmo, que llegó a ser titular en el Barcelona e internacional absoluto».

Otro detalle que recuerda bien el guardameta antelano es la polémica que precedió a la convocatoria amistosa: «Muchos aficionados se enfadaron por los precios que se marcaron para el partido, pero aún así, hubo muchísima gente en el campo y me parece que superaron los cinco millones de recaudación. La entrada de Tribuna era a 600 pesetas, cuando en los partidos de Liga no pasaba de 150».

A partir de ahí, Cruyff no tardó mucho en recibir su pase internacional y convertirse en un ídolo en la ciudad de las Ramblas, camino de su segundo y tercer Balón de Oro. Por su parte, Joel Castro, apunta que la llegada del luso Fonseca limitó sus minutos en la categoría de plata y se convirtió poco después en entrenador. Eso sí, no olvida al flaco saliendo del estadio con un cigarrillo en la boca: «Ni siquiera nos dejaron acercarnos a pedirle un autógrafo».