María López, preseleccionada para dar el salto a la Liga Iberdrola
10 abr 2018 . Actualizado a las 05:05 h.Una lesión de cadera le privó el año pasado de intentar cumplir su sueño. Esta vez no ha querido perder la oportunidad, pese a los contratiempos que ha tenido en el camino. María López es una de las cuatro gallegas preseleccionadas para poder optar a un puesto de árbitro en la Primera División de la Liga Iberdrola de fútbol femenino. Acaba de llegar de las pruebas exigentes pruebas físicas que tienen que pasar. Ahora tendrá que pasar la criba autonómica, antes de llegar a la nacional. Solo hay un puesto para ser árbitro en la élite femenina. A María su pasión le tira tanto que hasta hizo la prueba de velocidad con botas de nieve. «La de velocidad era mi mejor prueba para puntuar y por un despiste se me olvidaron los tenis y hasta que me los trajeron desde Pontevedra mi novio y mi hermano, tuve que hacerlas así», señala López Hervés, que no esta dispuesta a que otra vez se le quede su sueño en el camino. El año pasado, el médico le prohibió cualquier deporte de impacto y eso incluía arbitrar. Justo cuando estaba empezando a coger carrerilla en la liga masculina y se abría una buena oportunidad en la femenina. «Estaba en Preferente y optaba a Tercera División, pero una lesión en la cadera me impidió arbitrar hasta que se supiese que era. Al estar un año parada, me descendieron a Primera Autonómica», explica María López, que eso no frenó sus ansías de seguir luchando.
Con la cadera algo desgastada y 32 años, las opciones de llegar a la Liga de Fútbol Profesional masculina se escapaba, pero las opciones para la Liga Iberdrola seguían abiertas. Así que cuando recuperó la forma, se presentó con tres compañeras más de Galicia, una por cada provincia. Se han enfrentado a una prueba de velocidad, otra de resistencia, una prueba de campo que combina agilidad y velocidad con una marca de tiempo. Pero no solo basta con una prueba física, las candidatas se han sometido a una parte teórica aún más compleja, que incluye una parte práctica con un supuesto de acta, otra con las reglas de juego y una última con los estatutos, además de dos vídeo test en inglés y un examen más de jugadas. En resumen, un largo ejercicio para poder pitar en Primera División. María lo ve con total naturalidad. Esta licenciada en Actividad Física y del Deporte compagina su profesión como entrenadora personal y empleada de una empresa de ocio y aventura, con su pasión, la de arbitrar. Una afición que empezó cuando era universitaria. «Un amigo me dijo por qué no íbamos a arbitrar la liga universitaria, no caí en la cuenta de que era mujer hasta que me federé, que era más raro ver alguna», señala López, que lleva 13 años en la Federación.
En estos años ha visto de todo y machismo, mucho. «Escuché de todo, cualquier cosa que puedas poner es poco, igual que en las ligas con padres en la grada. «Los árbitros no tenemos fans, ahora cuando oigo que animan al árbitro, sé que tengo amigos en las gradas», comenta esta joven pontevedresa, que deja una reflexión para la esperanza: «Ha sido peor, ahora parece que hay menos lio con los padres». A pesar de qué la culpa siempre recae sobre el árbitro, no tiene pensado dejarlo nunca. No lo hace por dinero, sino por hobby. En este aspecto las diferencias entre hombre y mujeres también la marcan los euros. «Si fuera un hombre de Primera División podría vivir de eso, pero las mujeres tenemos que tener otro trabajo, si siquiera en la Liga Iberdrola, así que yo no voy por lo que me pagan», explica María López Hervés, que lamenta que no haya más mujeres en la preselección
La selección para la próxima temporada será dura. Si llega a la selección nacional tendrá que competir con las candidatas estatales por una plaza. La Primera División aumenta una plaza para el próximo curso. Optar a ella, le exige volver a pasar todas las pruebas físicas y teóricas otra vez. ¿Y si no lo consigue este año? A María López no le preocupa. Esperará la siguiente oportunidad y mientras, optará a la plaza para asistente específico de Primera División. Y si tampoco lo logra, seguirá rotando para ese puesto como ha hecho hasta ahora y pitando en Primera Autonómica porque a ella lo que le apasiona es arbitrar, aunque tenga que intentarlo con botas de nueve.