Música, maestro: empieza el Gran Circo

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Julian Smith | DPA

Hamilton y Alonso centran el interés en un mundial de fórmula 1 que arranca este fin de semana en Melbourne

22 mar 2018 . Actualizado a las 16:32 h.

En los tiempos que corren, la fórmula 1 se ha movido rápido para no frenarse en seco. Abolición de las azafatas en pos de la igualdad, el mismo equilibrio quieren los organizadores para su parrilla. Solo lo consiguieron en la primera parte de la pasada temporada. Después, Hamilton gobernó con mano de hierro. Lleva tres de los cuatro últimos disputados y ha sido el poleman en Australia durante los últimos cuatro años, aunque solo ganó allí en el 2015.

Por eso, ya es el rival a batir, hasta por él mismo. Buscará correr contra la historia para su quinto mundial, lo que le igualaría con Juan Manuel Fangio y le dejaría apenas bajo la sombra de Michael Schumacher. Claro que Vettel también tiene cuatro, pero hasta que no se demuestre lo contrario, en el 2018 tendrá que conformarse con ocupar el pelotón de aspirantes, junto a Räikkönen, Verstappen y Ricciardo.

Tendrán para ello, veintiuna carreras por delante, con el regreso de Hockenheim (Alemania) y Paul Ricard (Francia), ausentes desde 2016 y 1990. Debutarán el monegasco de veinte años Charles Leclerc y el ruso de veintidós Serguei Sirotkin. Kubica, recuperado de su grave accidente de ralis en el 2011, será reserva en Williams.

Sin embargo, para nombres propios, Fernando Alonso y Carlos Sainz. El asturiano, campeón mundial en el 2005 y 2006, es uno de los baluartes mediáticos del automovilismo, tal como se ha demostrado en sus incursiones en la resistencia. Por el momento, se mantiene instalado en un estratégico optimismo, después de una agitada pretemporada en la que sufrió todos los contratiempos mecánicos posibles en su flamante papaya mecánica: el McLaren con motor Renault. En su cuarto año de su segunda etapa en el equipo británico deja atrás tres temporadas de auténtico infierno con los propulsores Honda. La financiación (el coche se muestra prácticamente limpio de patrocinadores) podría ser clave el la capacidad de competir contra rivales más ricos.

Sainz cumplirá su cuarta temporada pilotando en Renault cedido por Red Bull. Un paso hacia adelante, que deberá corroborar aprobando la asignatura pendiente de la regularidad.

Será el año del halo, de Pirelli y sus nuevos compuestos (el rosa hiperblando y el superduro naranja) que harán volar los bólidos segundo y medio más rápido; y de la limitación del número de motores (tres para la temporada). Ha llegado el momento del «¡Música, maestro!», que comienza el espectáculo en el circo más grande del mundo.