«O trabajo, o no pago las facturas»

DEPORTES

Cedida

Xisela Aranda fue siete veces campeona de España de squash, y además es directiva de una tecnológica y conferenciante

20 mar 2018 . Actualizado a las 15:38 h.

Se licenció en Administración y Dirección de Empresas en el 2008. «Tenía una beca y uno de los condicionantes para retenerla era ir curso por año, no dejar nunca más de dos asignaturas y así lo hice durante los cuatro años. Los exámenes tenían que ser en el momento en el que se convocaban y tuve que adaptarme». Xisela Aranda (Vigo, 1986) siempre tuvo claro que la vida se la ganaría fuera de las pistas de squash. «En cuanto acabé la carrera ya me puse a trabajar». No ha parado desde entonces. Por medio, Xisela ganaría en el 2010 su primer campeonato de España. Y, posteriormente, otros seis de forma consecutiva. Imparable en las pistas e imparable fuera de ellas.

Tras su experiencia laboral en una segunda empresa, Xisela ha dado el salto para convertirse en socia de Mailbor, una compañía tecnológica que tiene su sede en A Coruña. «Al fundador lo conocí gracias al deporte. Sabe que necesito compaginar el trabajo con los entrenamientos y nunca me ha puesto ninguna pega. En el último campeonato de España vino a verme y me ayuda con los patrocinios. Ahora siento al fin que se valora mi condición laboral y mi labor como deportista». El año pasado reforzó su formación con un máster en Gestión de Márketing Digital y Dirección Comercial. Ser productivo no es estar por rutina doce horas sentado en una silla. Habrá días que lo necesites, pero la productividad consiste en cumplir objetivos» reflexiona.

Aranda ocupa el puesto de CEO en la empresa, especializada en correo electrónico, y ofrece también con frecuencia conferencias en las que vincula su experiencia deportiva con la empresarial. Al otro lado del estrado, públicos transversales. «Desde ejecutivos, pasando por personas en desempleo o adolescentes. La disciplina, la responsabilidad, la actitud, la toma de decisiones... al final hay muchos aspectos obligados en el deporte que son trascendentales en la vida». Considera parte fundamental de la cultura empresarial el fomento del deporte entre los trabajadores, y de la cultura deportiva, recibir una formación complementaria.

BENITO ORDOÑEZ

«Muchos deportistas llegan a los 35 años y te dicen: ‘‘Esto es lo único que sé hacer. ¿Y ahora a qué me dedico?’’ Pues tenían que haberlo pensado antes. Yo, o trabajo, o no pago las facturas. Se puede vivir de muy pocos deportes. Pero si el mío me diese para vivir no una vida, sino dos, me formaría igualmente. No es una cuestión de titulitis, ni de aparentar, son inquietudes. Ves a deportistas sobrados de dinero y no saben ni mantener una conversación. Entrenan por las mañanas, tienen todo listo en su casa, no tienen que recoger nada, ni hacerse la comida, ni lavar la ropa... ¿qué les cuesta coger un libro?», reflexiona en voz alta.

A por los sextos Juegos ejerciendo de fisioterapeuta

Cinco diplomas en otras tantas presencias olímpicas la contemplan. Y no descarta llegar a Tokio 2020. 32 medallas en Europeos y Mundiales. Teresa Portela (Cangas, 1982) no abandona sus entrenamientos, ejerce la maternidad compartida con su pareja, el también palista David Mascato, y trabaja cuando puede en la clínica que abrieron juntos. «Tenemos un centro de fisioterapia mi marido y yo en O Grove y mi idea es dedicarme plenamente a él cuando me retire», revela la piragüista.

MARTINA MISER

Se graduó en Fisioterapia por la Universidad de Vigo. Su segundo título. Antes se había diplomado, en Pontevedra, en Magisterio con la especialidad de Educación Física.

«Ser maestro me encanta, pero me obligaría a opositar y ahora con la niña lo veo más complicado. Tiraré por la empresa que ya tenemos y a la que ya me dedico parcialmente. Me inculcaron desde pequeña que debía tener una formación académica. La competición no deja de ser una etapa, después la vida sigue y necesitas un trabajo», explica Porteal. Mientras estudiaba para profesora, estuvo concentrada en Sevilla. «Estudiaba por mi cuenta y aprovechaba la semana que estaba en Galicia para presentar los trabajos y examinarme. Evidentemente, es más cómodo dedicarte solo a una cosa. Es sacrificado, y a veces no lo ponen fácil, pero no es imposible. Yo nunca me he beneficiado de ser deportista de élite. He tenido que ir al ritmo de los demás. Si no lo apruebas en cuatro años, pues en siete o en diez, pero por lo menos tenerlo. Si te ves con treinta y tantos sin nada, costará mucho más». Ella tuvo que aplazar la graduación en Fisioterapia un año. El de los Juegos de Londres.