«Tengo la misma ilusión que con 15 años»

Fran Bea

DEPORTES

Abraldes

Después de vivir en la élite, a sus 40 años Changui continúa perforando porterías con la camiseta del Puebla

05 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Marcos Yáñez, Changui (Boiro, 1977) es incombustible. El futbolista sigue manteniendo el idilio con el gol que le llevó a jugar en Primera División e, incluso, a disfrutar de unos minutos en la Champions League durante su etapa como deportivista. Ahora sigue perforando porterías, aunque en una categoría más modesta ?Primera Galicia?, y a estas alturas parece que aún no tiene intención de colgar las botas.

- A punto de cumplir 41 años, ¿todavía le queda gasolina para compaginar su vida con el fútbol?

- Desde hace tres o cuatro años vivo temporada a temporada. Estoy contento por mantener un nivel aceptable a mi edad. Si veo que puedo competir seguiré jugando, si no, lo dejaré. A día de hoy sopeso más continuar que retirarme. Adoro el fútbol y tengo la misma ilusión que con 15 años, cuando era un chaval.

- Llegó a decir que el fichaje por el Deportivo truncó su carrera profesional. A día de hoy, ¿se arrepiente de haber firmado?

- No puedo decir que me arrepienta de haber estado en un grandísimo equipo. A cualquier jugador le gustaría, pero ahora, en frío, veo las circunstancias y creo que fue precipitado. No solo dependía de mí. Compos y Dépor decidieron que era el momento y considero que igual hubiera sido mejor ir antes a otro club de Primera y ganar minutos. No fue así y acabé de cesión en cesión.

- No parece que sea una situación fácil de llevar.

- No, porque es muy difícil adaptarse a nuevos equipos y ciudades. El esfuerzo mental que tienes que hacer es grande y si no salen las cosas se complica todo y no rindes como te gustaría.

- ¿Cómo afronta un joven futbolista llegar a un vestuario plagado de estrellas?

- Tuve la suerte de jugar en Primera con el Compos, pero es un cambio grande. No es fácil y te sientes cohibido. Hay nervios y tienes que coger el ritmo. Por suerte, tuve grandes compañeros y me integré muy rápido. Fue maravilloso conocerlos y ver jugar y entrenar a futbolistas de tantísima calidad.

- Después de haber estado en tantos equipos, habrá conocido a mucha gente. De los jugadores con los que coincidió, ¿cuál le sorprendió más?

- A mí me influyó mucho Luboslav Penev cuando estuvimos juntos en el Compostela. Él venía de ganar el doblete con el Atlético de Madrid y se portó muy bien conmigo. Me aconsejó sobre cómo jugar en mi posición. Aprendí mucho de él y me ayudó a progresar. Pero conocí a mucha gente y muy buena.

- Si hablamos de lo ocurrido dentro de un terreno de juego, ¿qué recuerdo tiene que nunca se le borrará de la mente?

- Sin duda, mi primer gol con el Compos en Primera División. También está mi debut con el equipo santiagués y con el Dépor, y la experiencia de jugar en la Champions League. Son cosas inolvidables y de las que te puedes sentir orgulloso.

- El nombre de Changui es sinónimo de gol. Con más de 300 en su cuenta, ¿cuáles entran en su podio particular?

- Sobre el que se lleva la palma ya hablamos, el primero en la máxima categoría. Después tengo muchos, que recuerdo no tanto por lo que significaron, sino porque para mí fueron preciosos. Está, por su dificultad, uno que metí con el Extremadura jugando contra el Cartagena. De estos que luego ves en la tele y dices: madre mía, qué golazo. De los más recientes, puedo destacar una vaselina que metí hace un par de semanas con el Puebla.

- Para usted, marcar un tanto ¿qué supone?

- El gol es lo máximo en el fútbol, y más para un delantero. Te hace sentir contento por lo que significa para el equipo.

- Y en la vida, ¿cuál diría que es su mejor gol?

- Obviamente, el haber conocido a mi mujer y mi hija. Son los logros más grandes.

- Ahora comparte vestuario con muchos jóvenes. ¿Es de dar consejos?

- Yo intento exigirles lo mismo que me exijo a mí. La gente joven viene muy bien preparada, aunque claro, si veo que cometen algún error y puedo ayudarles a mejorar, se lo digo.

- ¿Recibió alguno que le marcara?

- Ninguno en especial. Solo hay una cosa que creo e intento transmitir a los chavales. Siempre digo que si el fútbol no te ilusiona es mejor dejarlo y coger otro camino.

- ¿Nunca ha pensado en dar el salto y sentarse en el banquillo como entrenador?

- No lo había valorado, pero ahora estoy entrenando al juvenil del Puebla y cada día me siento más a gusto. También es cierto que tengo un grupo estupendo. Eso sí, a nivel sénior ya es otra cosa.

- ¿Podrá vivir sin pisar el césped cuando se retire?

- Desconectar de todo sería imposible. Me gustaría ayudar a la gente joven de Barbanza. Crear un proyecto que apueste por ella, porque en la zona hay buenos futbolistas.

en corto

Changui es un hombre sencillo, al que le gusta disfrutar de las cosas cotidianas rodeado de su gente.

- ¿Es más de ir a la playa o perderse en la montaña?

- En esta no dudo, a mí me tira más la playa.

- ¿El viaje de sus sueños?

- Mi mujer es más aficionada a viajar que yo. Con las playas que tenemos aquí, el clima, los amigos... ¿para qué irte? Al final es pereza, pero me gustaría conocer Roma para visitar el Coliseo.

- ¿Tiene una canción que le motive especialmente?

- Run to the hills, de Iron Maiden. Me gusta y siempre la ponía en el vestuario del Ribadumia antes de salir a jugar. Ahora se lleva más otro tipo de música, pero yo la sigo escuchando con mis cascos.

- ¿Y una película?

- Gladiator.

- ¿Un referente?

- Admiro a Messi, a pesar de que sea una figura actual. Creo que es un tío con los pies en el suelo y siempre competitivo al 100 %. Me parece un buen ejemplo a seguir.

- ¿Qué delantero considera el más completo?

- Messi me parece el mejor jugador de la historia. Hablando de un delantero, diría Ronaldo Nazario. Supo regresar de su lesión y volver a ser el mejor. Eso es muy difícil.

- Si queremos invitar a Changui a una comida, ¿con cuál no fallaríamos?

- Con el marisco. Yo soy de costa, cualquiera que se ponga en el plato lo voy a comer.

- ¿Un vicio confesable?

- Tomar una copa, tranquilamente y con buena compañía, de Puerto de Indias con tónica de frambuesa.