De vuelta tras cuatro fracturas en el pómulo

DEPORTES

MIGUEL VILLAR

El ourensano Rubén García volverá con una máscara tras la compleja lesión sufrida en la cara, con la nariz también rota

01 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«En mes y medio me pongo una máscara y a jugar otra vez», lo decía el 8 de enero Rubén García Martínez, el capitán ?y a la vez timonel? del Centro de Deportes Barco, uno de los planteles más destacados de Tercera División. Se expresaba desde una cama del Hospital Povisa, aún dolorido por las cuatro fracturas en un pómulo y la que había afectado a los huesos propios de su nariz, con desviación incluida. Fue el balance de un choque fortuito con el jugador del Vilalonga Adrián Santos.

El centrocampista afrontará una nueva consulta esta semana y está convencido de que enfila la recta final de su camino de regreso: «Los plazos se están cumpliendo y todo va muy bien. Comencé con bici y elíptica, después a correr un poco en solitario y cuando tuve la máscara me incorporé al grupo en los entrenamientos. Las sensaciones son cada vez mejores y espero ponerme a disposición del míster esta misma semana».

Agujetas

En el calendario de Rubén ya resalta, la fecha de la próxima jornada liguera, en la que el once barquense visitará al Barbadás en un nuevo derbi ourensano. Durante muchos partidos movió el juego de una formación que sueña con escribir en los anales del club su primera promoción a Segunda B. Desde fuera sufre más, pero no alberga dudas de la capacidad de sus compañeros de equipo: «Se pasa mal, porque quieres ayudarlos y no puedes. De todos modos, somos una plantilla corta, pero juegue quien juegue, son muy competitivos».

Es curioso, sin embargo, que más allá de la delicada intervención quirúrgica que practicaron en su cara, los mayores problemas que afectaron a la recuperación del futbolista se concentraran en otra zona del cuerpo: «Fue increíble lo que me pasó con las piernas, al estar diez días en el hospital, sin casi moverme, ni mucho menos correr, perdí masa muscular y cuando volví a hacer ejercicio tenía muchas agujetas. Aún así, espero de que pronto vuelva a tener ritmo de partidos».

Para proteger la zona específica de su lesión, Rubén optó por un viejo conocido de su época en Salamanca, ya que fue David Nufrio el encargado de fabricar la máscara que salvaguardará el pómulo y la nariz del valdeorrés: «David es un especialista en preparar espinilleras y este tipo de protecciones. Me realizaron un molde de la cara y, después de unos días, ya disponía de la definitiva en fibra de carbono. Tengo que utilizarla hasta que se cumplan tres meses desde la operación. Por ahora, no tengo ningún problema y tampoco me resta visibilidad, aunque habrá que esperar a probarla en un partido, por si se mueve un poco más con el sudor».

En las palabras de García ya se detecta cierta ansiedad. Y no es para menos. Después de casi quince años asentado en la Segunda B, en plazas con solera como Santander, Zamora, Eibar, León, Oviedo, Irún, Lugo y Logroño, entre otras, la opción de luchar por el ascenso a ese escalafón de bronce con el equipo de su casa puede ser todo un regalo para este veterano pelotero que, batuta en mano, traslada sobre el campo las consignas de su joven entrenador, Javi Rey. Ahora, el capitán será el de la máscara.