La primera vez que coincidí con Koval fue en el Dinamo de Kiev y por delante de él estaba Shovkovsky, el portero de siempre de Ucrania, y lo tenía difícil con él. Su situación era como la de esos porteros que estuvieron a la sombra de Casillas en la cantera del Madrid y que, mientras no salieron de allí, no pudieron demostrar lo que eran. Pues en el caso de Koval es igual, por el gran influjo de Shovkovsky en el Dinamo durante mucho tiempo. Es el típico caso del chico que sobresale enormemente en la cantera, pero llega al primer equipo y su progresión se ve cortada por el tapón de la leyenda del club.
Desde el principio me llamó la atención por su gran profesionalidad. Destaca por un buen juego con el pie, con un buen golpeo de balón (es capaz de dirigirlo, no se lo quita de encima simplemente), y es rápido en acciones de uno contra uno y bajo palos. Quizá le faltan diez centímetros más de altura. Esta será la única pega para aquellos que identifiquen a los porteros con un futbolista necesariamente alto, por encima de 1,90 metros. Sin embargo, Koval es más de agilidad, habilidoso y rápido. El hándicap de la presencia física no debe preocupar precisamente en España, donde hemos tenido grandes porteros de estas características.
Esta temporada le he visto entrenar con nosotros en la selección y sigue en su línea de trabajo, pero Ucrania también cuenta en la selección con un portero contrastadísimo y experimentado, Pyatov, del Shakhtar Donetsk. Todos saben que a este, de 34 años, le quedan solo uno o dos como indiscutible, y Koval se ha buscado un club europeo y una liga muy competitiva para protagonizar el relevo en el próximo ciclo de la selección. Es abierto y extrovertido, tiene una mentalidad europea, así que se adaptará sin ningún problema. Considero que está preparado y tiene condiciones para el salto que ha dado. Solo necesita minutos bajo palos y confianza, nada más. Si al Deportivo le gusta tener el balón y salir desde atrás, enhorabuena, porque se ha reforzado con un portero importante.
Raúl Ruiz González-Riancho trabajó durante años con Manolo Preciado, y pasó por el Rubin Kazan y el Dinamo de Kiev. Actualmente forma parte del cuerpo técnico de la selección de Ucrania junto a Shevchenko y Tassotti