El rodillo de Jon Rahm

Álvaro Martínez-Rumbo

DEPORTES

Joe Camporeale | REUTERS

22 ene 2018 . Actualizado a las 20:47 h.

Jon Rahm continua con su abrumador impacto en el golf mundial. En 18 meses desde su debut ha pasado «del 551 al número 2 mundial». Algo nunca visto desde los inicios hace dos décadas de alguien llamado Tiger Woods. Muhammad Ali ya manifestaba «los campeones no están hechos en el gimnasio sino de algo que tienen en su interior, un deseo, un sueño y una visión».

La temporada pasada Rahm la rubricó con la victoria en la Final de la Race to Dubai. En su mes de vacaciones efectuó uno de sus sueños de visitar la casa de Seve y ver su sala de trofeos con los hijos de Ballesteros. Según me cuentan amigos, demostró una gran humildad en una exhibición en el Real Golf de Pedreña, el cual vio nacer al genio cántabro. Asimismo, aunque Jon sea un chico con mayúsculo temperamento, es honesto y cabal. Un compañero me cuenta una anécdota de hace unos años compitiendo con él en el Europeo júnior con España. «Jon se dio cuenta horas después que había firmado el resultado incorrecto de la tarjeta y se autodescalificó», con lo que el equipo nacional ya no pudo optar por las medallas, sino que luchar en el grupo de consolación.

¿Por qué el golf de Rahm es tan dominante? En primer lugar, tiene un juego sin fisuras y brilla en todas las facetas, algo que no se puede decir de casi ningún jugador de élite. Comienza con un poderoso driver, el cual parte las calles de media por encima de 300 yardas, continúa con un letal control de distancia con los hierros y remata con un divino toque de juego corto «casi a la altura de su mentor y mago Phil Mickelson». En el putter es la parte en que no ha estado tan inspirado y la cual ha ejercitado con énfasis durante estas Navidades con su entrenador Eduardo Celles. Los rivales se rinden al joven vizcaíno debido a que durante los 18 hoyos o cuatro horas de partido «despliega su colosal pujanza sin apenas errores y cuando eso ocurre es capaz de recuperar con magia y cátedra».

Todos los medios mundiales se rinden a la progresión de Jon. El pasado jueves casi toca el cielo «flirteando con el mítico 59», al final arrancó con 62 con lo que batió su mejor vuelta como profesional por dos golpes. Lo ejecutó «sin ponerse nervioso y pateando mediocre» según comentó al acabar la vuelta. Se adjudicó el torneo CareerBuilder Challenge como un auténtico veterano a pesar de sus 23 años «sin realizar ningún bogey en los 18 hoyos finales o los cuatro de la muerte súbita».

Me atrevo a pronosticar que el rodillo de Rahm proseguirá durante la primavera. «Va a ser el número 1 del Mundo antes de ver las hermosas azaleas florecer en abril con la defensa de Sergio Garcia en Augusta».