La mejor medicina

Juan J. Fernández

DEPORTES

22 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

l capricho del calendario nos deparó un descanso extra un tanto atípico en este tipo de torneos. Tres días de desconexión con muchas incógnitas. No sabíamos cómo nos sentaría, pero podemos decir que nos lo pueden recetar sin problema alguno. Recuperamos a piezas clave en nuestro plan de juego y todo volvió a fluir. Hasta los rebotes nos venían a las manos, pero no debemos restar al equipo técnico el gran mérito que tiene concienciar, mentalizar y ajustar a todo el grupo para no fallar el día clave. Esperemos que sirva de rearme moral para lo que resta de campeonato.

La lectura estratégica del partido se puede circunscribir a los primeros compases del mismo. La solución del equipo más débil de exprimir el juego con siete jugadores de campo fue desbaratada por una defensa activa y anticipante de los nuestros. Numerosas recuperaciones de balón ayudaron a romper un partido donde los macedonios parecieron quedarse sin argumentos demasiado pronto. Excelente nuestro 6:0 en posicionamiento y ayudas. Con la intensidad necesaria para imponerse en el juego cuerpo a cuerpo y facilitando a nuestra portería un trabajo sobresaliente.

Ofensivamente la presencia de Julen Aguinagalde imprime un halo de peligrosidad en el rival, cuya consecuencia se manifiesta en una menor vigilancia sobre la primera línea. Lo aprovechamos y se aprovecharon para romper el partido. Con el tipo de juego actual es nuestro hombre franquicia. Macedonia no es Eslovenia ni Alemania, pero ha sido la mejor de las medicinas.

Juan J. Fernández es profesor de la Facultade de Ciencias do Deporte (UDC)