Elegido mejor jugador de la Eredivision en septiembre y diciembre, la afición del Nac despidió a su equipo el sábado coreando su nombre
29 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.«¿Lo-lo-lo-loooo... An-ge-li-no... Lo-lo-lo-loooo... An-ge-li-noooo!». Así despidió la afición del Nac a su equipo el pasado sábado después de la victoria por 3-1 frente al Utrech, en la que el gallego Ángel Tasende [fuera de España italianizan el nombre de Angeliño] marcó un gol de falta y dio una asistencia a un compañero.
El lateral izquierdo cedido por el Manchester City (Coristanco, 1997) está despuntando en su primera temporada en el fútbol holandés. Llegó al Nac cedido y en solo tres meses ya es uno de los futbolistas preferidos por la hinchada de Breda, algo que lo enorgullece. «Desde niño soñaba con que un día, siendo profesional, un estadio iba a gritar mi nombre. Lo he conseguido y la alegría es inmensa. Fue un momento espectacular. La mejor manera de acabar estos primeros meses antes de las Navidades», explicaba ayer desde su casa de Silván, en donde pasa unos días de descanso antes de reincorporarse al equipo.
Después de un complicado año en la Segunda División española, Angeliño se reencuentra con el éxito ahora en la Eredivision, en la que ha jugado hasta ahora todos los partidos de Liga, siendo titular indiscutible en su equipo, que lucha por la permanencia.
3 goles y 2 asistencias
Totaliza 1620 minutos tras 18 encuentros y ha marcado dos goles y dado tres asistencias. Unos números muy destacados para un lateral.
A punto de cumplir 21 años, el gallego mantiene el descaro que lo llevó al City con solo 15 y lo va mezclando con la experiencia que le da haber pasado ya por cuatro países durante su corta etapa profesional.
Tras debutar en la Premier y la Champions, el City lo cedió hace dos temporadas a su equipo satélite de Nueva York para que cogiera experiencia en una liga sin tanta exigencia como la inglesa, pero en la que podía progresar. En el verano del 2016 Angeliño hizo la pretemporada a las órdenes de Pep Guardiola, previa una nueva cesión. En este caso a España. Primero fue al Girona y meses después al Mallorca. Por causas extradeportivas ajenas a él, no llegó a debutar en el cuadro catalán, mientras que en el balear jugó 17 partidos desde febrero hasta el final del campeonato. Ahora, en esta nueva etapa, está ofreciendo su mejor versión, esa que está llamando la atención de los principales clubes holandeses. Pero su futuro, al menos de momento, sigue en Mánchester.