El TAD destituye a Villar definitivamente

Fernando Hidalgo Urizar
Fernando Hidalgo LA VOZ / REDACCIÓN

DEPORTES

BENITO ORDOÑEZ

El tribunal asumió la propuesta de destitución del expresidente y abre la puerta a nuevas elecciones

23 dic 2017 . Actualizado a las 18:50 h.

El Tribunal Administrativo para el Deporte (TAD) no se amilanó. Ayer resolvió la destitución definitiva del cargo de quien durante casi treinta años hizo y deshizo en la Federación Española de Fútbol. Ángel María Villar ya no es el presidente de la RFEF suspendido en sus funciones durante un año revisable. Ha sido fulminado por haber faltado a su deber de neutralidad como miembro de la comisión gestora en el pasado proceso de elecciones y no podrá pasearse como si nada por las instalaciones federativas de Las Rozas.

La clave de la resolución del expediente, que fue propuesto por Lete, es su falta de neutralidad. Según recogía la propuesta de resolución de la instructora: «Una vez convocadas las elecciones a la RFEF por su entonces presidente, el día 13 de febrero de 2017, este pasó a ocupar la presidencia de la comisión gestora. Siendo presidente de dicha comisión y sin cesar de la misma llevó a cabo numerosas actividades dirigidas a publicitar y promover su condición de candidato a la presidencia de la RFEF y a captar el apoyo para su candidatura». 

Presión de Villar

Hay que recordar, tal y como contó este periódico, que la gallega Cristina Pedrosa, miembro del TAD, fue la instructora de esta causa. Y que a consecuencia de ello sufrió una enorme presión por parte de Villar, que se dedicó a amenazarla veladamente con querellas y a desprestigiarla, haciendo ver que se trataba de una marioneta de Jose Ramón Lete. El secretario de Estado también fue amenazado por el exdirigente, al igual que el resto de los miembros del tribunal.

Según dijo Ángel Villar sobre José Ramón Lete: «Actuó en manifiesto fraude de ley (cuando le suspendió)». También envió un recado a todo el tribunal: «Quiero solicitar desde aquí a los restantes miembros del TAD que no entren en el juego del señor Lete con la señora Pedrosa Leis. Me quieren destituir del cargo por un hecho ‘tan grave’ como tener una web o un twitter cuando era precandidato a la presidencia, cuando además seguí las instrucciones de la Comisión Electoral... Mi equipo jurídico está estudiando toda la documentación y emprenderé las acciones legales que correspondan, incluidas, en su caso, las penales».

Esta decisión, que a buen seguro que será recurrida por Ángel María Villar, abre la puerta a una nueva elección de presidente, pero con la vieja asamblea. Lo que no acaba de arreglar definitivamente el problema. No hay que olvidar que esa fue la asamblea elegida bajo la sospecha de numerosas irregularidades, recogidas incluso en el propio TAD. Por no hablar de todo lo que trascendió en el sumario de la operación Soule, donde buena parte de los presidentes de las territoriales, hasta seis, quedaron retratados y salpicados hasta el punto de ser imputados. Se da la circunstancia de que los investigados apoyan a Rubiales.

Las elecciones con la actual asamblea favorecen a Rubiales

Aunque como punto de partida, la moción de censura planteada por Luis Rubiales desaparece en el nuevo escenario, la elección de nuevo presidente con la vieja asamblea, le favorece, a la espera de si aparece algún contrincante (cosa que sería segura). Lo que no le favorece es el paso del tiempo. Primero deberán celebrarse las elecciones parciales a asambleístas y eso no se debería producir antes de finales de marzo. Tantos meses por el medio se le van a hacer eternos al expresidente de la AFE, que ahora mismo no tiene cargo alguno.

Pero no hay que olvidar que por el camino se puede producir la decisión de repetir las elecciones desde cero, es decir, eligiendo una nueva asamblea. Esto sucederá si el Consejo de Estado así lo dictamina, cosa que podría suceder durante el mes de enero. 

Renovación

En el caso de que sucediera tal cosa, las opciones de Rubiales mermarían aún más. Tanto por la dificultad de mantener en el tiempo sus aspiraciones, como por el hecho de que probablemente habría una gran renovación entre los asambleístas.