Goles con denominación berciana

Luis Manuel Rodríguez González
luis m. rodríguez OURENSE / LA VOZ

DEPORTES

LOLITA VAZQUEZ

El Centro de Deportes Barco, en Valdeorras, refuerza su arsenal con jugadores de la comarca vecina que ya firmaron 25 dianas durante esta liga

19 dic 2017 . Actualizado a las 19:53 h.

La ubicación de la comarca de Valdeorras, en el extremo oriental de la provincia de Ourense, obliga al Centro de Deportes Barco a un esfuerzo extraordinario en todos los sentidos, desde los gastos que afronta en sus categorías de base al hándicap con el que acude al mercado a la hora de configurar su proyecto en la Tercera División.

Durante años han agudizado el ingenio en la directiva barquense, que se ha movido con agilidad en el caladero del vecino Bierzo. Y en la presente campaña, con especial tino a la hora de importar goles hacia Calabagueiros, porque 25 de las 32 anotaciones que han situado al elenco de Javi Rey en el top cuatro de la Liga tienen acento berciano. Desde ese reino balompédico con capital en Ponferrada y bases sólidas en Astorga o Bembibre, han cruzado la frontera en dirección a Galicia futbolistas que se desenvuelven en todas las parcelas del campo y brilla con luz propia el tridente ofensivo de Ivi Vales, Mitogo y Raly Cabral.

Es curioso que Vales -jugador de banda- es a día de hoy el más eficaz de toda la plantilla en la contabilidad realizadora: «Cuando llevas nueve goles, piensas en que podías sumar alguno más, pero no está mal la cifra para un deportista de mis características». Ivi llegó en el pasado curso, tras crecer en la Ponferradina y el Atlético Astorga. Venía de un descenso a Tercera y le costó aclimatarse al grupo gallego, pero ya se siente como en casa: «Aunque son once contra once con un balón en todas partes, al principio cuesta, pero somos varios los que demostramos que podemos rendir aquí».

Mitogo y Raly tienen ascendencia africana, pero se criaron en el vivero del Bierzo. El primero -internacional con Guinea Ecuatorial- incluso tuvo contrato profesional con la Ponfe en edad juvenil, mientras su compañero, con familia en Cabo Verde, también despuntó en el Toralín, antes de confirmar su calidad en Zamora. Ambos suman cuatro tantos en sus cuentas.

Más conocido, si cabe, es David Álvarez, un especialista en los libres directos y una amenaza si encara portería al borde del área. Sus siete dianas encierran un muestrario de grandes golpeos, solo al alcance de unos pocos peloteros. Son más los compañeros que viajan con ellos desde el eje neurálgico de Ponferrada, pero es visible la importancia de este núcleo de futbolistas en la vanguardia de un Barco que cierra la primera vuelta en zona de ascenso. No todo es botillo en el horizonte berciano.

Una esmerada labor de los ojeadores valdeorreses

Tano Pérez es la cabeza visible de la vertiente deportiva en el grupo rector que preside Nilo Ramos. «Trabajamos con representantes, porque ahora incluso en el fútbol aficionado cada jugador tiene el suyo, pero buscamos información de primera mano, con gente de confianza, sobre todo exjugadores del club o técnicos conocidos», explica Tano al hablar de una tela de araña con ojeadores en las categorías de base de los principales equipos del Bierzo.

Aún así, el técnico valdeorrés no olvida que el éxito de los fichajes depende de muchos factores: «Aunque sea en la misma categoría, no es fácil para los chavales adaptarse a una liga como la nuestra. Algunos tienen calidad suficiente, pero son más tímidos o no cogen el ritmo».

Además de la faceta goleadora, el contingente berciano también refuerza la portería con Óscar Santín. Omar Navarro es un valladar en la zaga, con Deivis y el joven Javi Rodríguez en banda, al igual que un Diego Tato más adelantado habitualmente. El club también se decantó por el experimentado Cristóbal Juncal -tío de Iago Aspas- y el salmantino Sito Cruz. En la medular, Cassio llegó de Brasil -pasando por Barbadás-, en tanto que el cartagenero Ñiles, el vallisoletano Peli y el cántabro Argos son opciones foráneas, a las que se unió el navarro Imanol Elias, un arquero de garantía.

Isi viaja desde la capital ourensana y Rubén García es el ídolo local, un hijo pródigo de sólida carrera en Segunda B, al que acompaña otro valdeorrés, Adrián Ramos.