Zulema González: «Siempre tuve un balón en los pies»

DEPORTES

Aficionada al tiro, la ourensana estudió Magisterio, da clases particulares y sueña con pitar fuera

12 dic 2018 . Actualizado a las 18:42 h.

A Zulema González González (Ourense, 1992) la tenacidad y la valentía le vienen de serie. Sobrina de dos árbitros que llegaron hasta categorías profesionales -Bernardino González incluso dirige el comité técnico gallego-, a los doce años dio el paso de aventurarse en un mundillo que pocos entienden desde fuera. Y de hacerlo, que sea con todas las consecuencias, pensó la que hoy es colegiada de Primera División femenina, Tercera masculina y aspirante a salir de nuestras fronteras, silbato en ristre, para dirigir partidos de carácter continental. A ver quién la frena.

-Se ha hablado en otras ocasiones de sus referentes familiares.

-Sí, en casa seguíamos la carrera de mis tíos y podía verlos por la tele. Manuel llegó a Segunda División como asistente y Bernardino fue internacional. Por eso recurrí a ellos para que me llevaran al colegio ourensano y ver como era el ambiente. Me gustó y seguí adelante. Además jugaba al fútbol desde pequeña y siempre tuve un balón en los pies.

-¿Se adaptó pronto a las peculiaridades del arbitraje?

-Al principio fue complicado y era una época en la que en Ourense no había chicas arbitrando. Tuve anécdotas de llegar a los campos y que mis propios compañeros me preguntaran quién era y se quedaran sorprendidos al contestarles que era la otra asistente. Era mujer y además era niña, así que les sonaba raro. Su expresión era de preguntarse qué hace esta aquí. Aún así, todos mis compañeros me ayudaron mucho desde el primer momento y todo me animó a seguir, aunque hasta hace poco aún se notaba cierto machismo.

-¿Qué le provocó el clic de pasar del pasatiempo a dedicarse por completo al arbitraje?

-Creo que fue llegando poco a poco. El arbitraje te obliga a sacrificarte desde el primer día. Desde los doce años lo tenía complicado incluso para salir, porque los viernes nos juntamos en la delegación para preparar la jornada y ya no podías dar ni una vuelta con los amigos. Pero ves que los resultados van llegando y le dedicas más horas cada día, estudias más y la experiencia también aporta mucho.

-¿Qué le decían sus amistades sobre su pasión por el fútbol y el arbitraje?

-Había amigos que lo entendían. Tenía muchos dentro del mundillo del arbitraje y sí es cierto que los de fuera lo veían un poco raro. Me preguntaban si era en serio y cuando decía que no podía salir porque tenía que arbitrar al día siguiente, me decían: «Estás loca, encima vas a que te insulten». Pero al final, puedo decir que siempre me apoyaron.

-¿Es metódica en la faceta física?

-Es algo que vas valorando con los años. Cuando somos niños no le damos tanta importancia a lo que comemos, pero después vas viendo que si quieres rendir y alcanzar unas metas, la alimentación es fundamental. Ahora mismo, sí soy muy metódica. Si no entreno mis horas me siento fatal y ya no soy capaz de hacer otra cosa.

-La vimos en alguna carrera. ¿Practica otros deportes?

-Los árbitros entrenamos corriendo la mayoría de las veces y le cogí ese gustillo, porque además entreno con atletas, así que si me coinciden las fechas participo en alguna popular. Sobre todo en épocas sin partidos, como en la San Silvestre, pero no tengo mucho tiempo, aunque me gustan todos los deportes. Cuando hay oportunidad juego al baloncesto, al pádel y hasta voy al campo de tiro a disparar, porque mi padre es cazador y también tengo esa afición.

-Siempre ha sido muy inquieta. Terminó sus estudios de Magisterio y siguió formándose.

-Ahora mismo estoy sin trabajo, aunque tengo alumnos para clases particulares de Infantil y Primaria, pero estoy estudiando para entrenadora de fútbol, porque quiero conocer un poco más ese estamento.

-¿Cómo le va en una Liga emergente como la Primera Femenina?

-El fútbol femenino está en alza y tiene una oportunidad única. El impulso que se le da en la actual Primera División es evidente, pero tampoco podemos ir de cero a cien de repente. Tenemos jugadoras buenísimas en España y otras que han llegado de otros sitios, también gente que está creciendo, porque algunas dejaron los campitos de sus pueblos para jugar en estructuras más profesionales. Y las árbitras también lo notamos, porque salimos de nuestros torneos habituales.

En corto

La colegiada ourensana no descuida su presente y se vuelca en cumplir sus objetivos de futuro.

-¿Cómo se desarrolla una jornada de Zulema González, en plena semana de partido?

-Tengo entrenamientos programados. Algunos días de mañana y otros de tarde. Sigo ese plan, con entrenamientos, clases y también unas horas destinadas a preparar el partido de la próxima jornada, repasando sus compromisos anteriores, sobre todo por el tema de los sancionados y por conocerlos un poco. Lo hago tanto en Tercera como en la Primera Femenina.

-¿Cine o música para las horas de ocio?

-La música la llevo conmigo para entrenar. Reguetón, electrónica o algo que tenga mucho ritmo. Y el cine es sobre todo para desconectar.

-¿Algún libro en su mesilla?

-Ahora mismo, ningún libro. En la mesilla tengo el reglamento de fútbol, por si necesito realizar alguna consulta.

-¿Partido a partido o una meta al final del curso?

-Es un término medio, porque te fijas objetivos a corto y largo plazo. Además, obviamente tengo mucha ilusión en llegar a ser internacional, es difícil, pero es como un sueño.

-¿Hay un ambiente distinto en el fútbol femenino?

-Ahora son similares. Tuve una experiencia en el campo del Sevilla Atlético, una pasada de estadio. Había tanto ambiente como en un partido masculino, pero creo que la gente es más cercana a las jugadoras. Quizás hay más familiares y amigos, porque ves pancartas con mensajes de cariño, muy cercanos.