Un calvario del que no se salva nadie

A.I.

DEPORTES

El anuncio del cáncer de próstata de Berizzo nos hace echar la vista atrás y recordar a algunos de los deportistas que también han tenido que plantarle cara a la enfermedad

22 nov 2017 . Actualizado a las 17:04 h.

El cáncer no se rinde ante nadie, no tiene miramientos. El mundo del deporte no es menos, y no son pocos los deportistas que han tenido que hacer frente a la que probablemente haya sido la batalla más importante de sus vidas. El mundo del fútbol se ha visto sacudido de nuevo, esta vez con Eduardo Berizzo como protagonista, el técnico argentino sufre un cáncer de próstata. Pero la historia está llena de precedentes que permiten ser optimistas sobre su recuperación.

Javier Zorrilla | efe

El caso más reciente es del jugador del Athletic, Yeray Álvarez. El central todavía se recupera de un cáncer de testículos del que ya ha recibido el alta médica tras una recaída. A finales del pasado mes de diciembre, el conjunto vasco anunció que el futbolista sufría un tumor testicular del que fue operado y en el que le fue extirpado el testículo afectado, volviendo incluso a reaparecer sobre el césped dos meses después. De hecho continuó en la competición regular hasta final de temporada. Pero esa no sería la última vez en la que se enfrentaría al cáncer. La enfermedad le persiguió hasta que el pasado mes de junio tuvo que volver a pasar un tratamiento de quimioterapia tras una recaída. «Cuando parece que lo has tumbado, se levanta y te vuelve a golpear, pero tranquilos que esta pelea la voy a ganar» escribió el jugador en sus redes sociales. Y como prometía, la batalla la volvió a ganar. Yeray Álvarez ha vuelto a entrenar y continúa con la fase de incorporación progresiva al equipo.

LA VOZ DE GALICIA

El delantero búlgaro, Luboslav Penev, también tuvo que enfrentarse a un cáncer testicular a los 28 años y en el momento álgido de su carrera. El excéltico militaba en el Valencia en la temporada 93-94 cuando le fue detectada la enfermedad. La rápida detección fue clave y tras un año apartado de los terrenos de juego, fichó por el Atlético de Madrid donde conquistó la Liga y la Copa del Rey.

GONZALO BARRAL

El exfutbolista del Deportivo, Jonás Gutiérrez también le marcó un gol al cáncer. En mayo del 2013, cuando militaba en el Newcastle, sufrió un fuerte choque contra Bacary Sanna en un partido frente al Arsenal. Tras ese golpe el «galgo» empezó a sentir un fuerte dolor en la zona genital. Tras dos meses con molestias, notó que el testículo se le inflamaba que posteriormente, y tras varias pruebas realizadas, los médicos le confirmaron el tumor. «Salí llorando de la clínica y me fue a mi casa. Decidí tratarme en Argentina, donde me operaron y me extirparon el testículo», explicó. De vuelta en Newcastle, y tras nuevos exámenes médicos, Jonás Gutiérrez se topó de nuevo con dificultades en su enfermedad y tuvo que volver a someterse a un tratamiento de quimioterapia. Sin embargo, pese a la complejidad de los controles, en marzo del 2015 volvió a los terrenos de juego.

Oscar Vazquez

El gallego Sergio Aragoneses fue otro que se agarró al fútbol para luchar contra el cáncer. «Cuando te lo dicen te quedas en schock, sin saber dónde caminar ni a dónde ir. Te asustas», reconoció el portero de Porriño cuando recuerda su enfermedad. A Aragoneses le fue detectado un cáncer testicular en el 2005 cuando fichó por el Elche. Tras la primera intervención, el portero no se rindió y volvió a ponerse bajo palos tan solo tres meses después. Una vez superado, en uno de sus controles rutinarios, los médicos detectaron una recidiva del tumor testicular del que había sido operado en septiembre del 2005. Pero también pudo con él y lo venció para seguir jugando en Primera con el Tenerife.

El exportero del Deportivo también tuvo que enfrentarse a un duro tratamiento de quimioterapia tras detectarle un cáncer testicular en octubre del 2002. Jose Francisco Molina se entregó a la batalla durante 3 meses, tiempo que le llevó vencer el partido más importante de su vida. El internacional blanquiazul sufrió un duro tratamiento de quimioterapia, momentos difíciles pero reconoce que la medicina que mejor le funcionó en la lucha fue la actitud. En enero del 2003, tras someterse a un TAC, los médicos le confirmaron que el cáncer había desaparecido, con lo que volvió a vestirse de corto y defender la portería del Deportivo.

«Me opero el lunes, que este domingo tengo partido». Estas fueron las palabras del Mono Burgos cuando relató cómo había sido la conversación con los médicos que le confirmaron que sufría un cáncer de riñón. Al segundo de Diego Pablo Simeone le diagonosticaron la enfermedad en el 2003 mientras defendía la portería rojiblanca. El portero argentino culpó al tabaco de su tumor maligno tras confesar públicamente que fumaba desde los 17 años. Tres meses le costó superarlo pero volvió a colocarse bajo los trespalos.

CAPOTILLO

Fuera del fútbol la enfermedad también ha sacudido a varios deportistas. En el ámbito gallego, la triatleta gallega Alba Cuba superó un cáncer de púlmón. Campeona de España junior de duatlón y subcampeona nacional de triatlón, la lucha más importante de la deportista lucense llegaría en marzo del 2009 cuando le detectaron un linfoma de Hodgkin. Cuando se la diagnosticaron el cáncer ya estaba en estadio III, con el pulmón muy dañado, aunque nunca barajó la retirada. Llegaron las sesiones de quimioterapia y radioterapia que le alejaron del deporte. Fueron seis meses de tratamiento en el que parte muy importante de su recuperación fue la capacidad de superación que aprendió en el triatlón, pero pudo iniciar de nuevo su deliciosa vida normal.