David Torres Pastoriza: «Con tres mil personas en la grada, la que podemos llegar a liar»

Pablo Gómez Cundíns
pablo gómez A CORUÑA / LA VOZ

DEPORTES

CESAR QUIAN

El máximo anotador de la OK Liga, una de las bazas coruñesas en la visita al Palau contra el Barça, máximo rival

10 nov 2017 . Actualizado a las 20:56 h.

La OK Liga se acelera por la parte alta y el que pierda el paso, no saldrá en la foto finish. Después de una primera criba de media docena de jornadas, el Liceo marca la pauta invicto y solo el todopoderoso Barcelona es capaz de aguantarle el ritmo. Mañana a las cuatro de la tarde, ambos se enfrentarán en el Palau Blaugrana. En la cancha, el verdiblanco David Torres (A Coruña, 1994), máximo goleador de la categoría con diez tantos.

-Los dos últimos, contra el Caldes, apenas unos segundos después de iniciar cada parte.

-Sacaron ellos, robamos en la primera jugada y gol. En la segunda parte, sacamos nosotros, avanzamos, intenté el disparo, y otra vez gol. No sé cómo le di, pero la metí. Ojalá en Barcelona se repita, je, je...

-Ni segundos de tanteo, ni nada.

-A pesar del cansancio acumulado, encarrilar un partido así hace que todo sea más fácil. Ya es complicado para el rival jugar en el Palacio, si encima empezamos así...

-¿Cree que la economía y la plantilla corta obligan a un sobreesfuerzo? ¿De ahí el cansancio?

-A ver... no creo que la plantilla sea corta. El cansancio, comparado con el Barcelona, por ejemplo, viene mucho de los viajes. Para ellos, quizás sea de una hora y para nosotros día y medio como mínimo. Por otra parte, somos el único equipo en Galicia que opta a ganarlo todo a nivel nacional e internacional. El nivel de exigencia es máximo. Nosotros mismos queremos ganarlo todo y nos lo imponemos, pero el entorno además añade presión. Tras esos viajes que comentaba, después de una semana sin estar en casa, aún decimos: «En Riazor no nos pueden ganar ni de broma».

-Si es difícil Riazor, es por ustedes.

-A veces comentamos en el vestuario: «Con un pabellón con tres mil personas en la grada, la que podemos llegar a liar...». Si llenamos el Palacio, ganamos la Liga.

-Es más fácil decirlo que hacerlo.

-Como casi todo en el Liceo con respecto a sus rivales. Aunque tengamos menos dinero, somos capaces de optar a títulos con la mitad de la plantilla coruñesa y gallega. El hockey en A Coruña es especial, un caso raro, desde que el Liceo fue grande en los ochenta. Hay mucho de compromiso.

-Y aún así, muchos jugadores se van y el público no llena el Palacio.

-Es fundamental que haya un equipo en Primera Nacional, para que el salto a OK Liga no sea tan drástico. Yo estaba en el Cerceda, por ejemplo. Si no, es muy complicado que la cantera luche por títulos. Al faltar este equipo, muchos se han tenido que ir. Y el vínculo con la afición es cultura de hockey, pero falta un enganche definitivo. Ojalá todos los coruñeses fuesen, al mismo tiempo, del Dépor, del Leyma y del Liceo. A veces no sabes qué pasa, porque no llega ni con títulos. Y no somos un equipo aburrido. Incluso con el escepticismo del cambio de entrenador, vamos líderes invictos y somos el equipo más goleador.

-Ese espíritu siempre existió.

-Nos dejamos la vida para ganar la Liga en el Palacio, para que nuestra afición la gane con nosotros.

-Y eso que el Barcelona cada año esquilma al Liceo, su principal rival.

-Aún así, es más divertido ser del Liceo que del Barcelona. Porque se supera cada año y va con sus valores a muerte. Mola ser del Liceo.

-Otra vez del factor económico.

-Sucede eso en estos deportes en los que nadie va sobrado de dinero. Pero creo que el Liceo está en una evolución positiva, que la gente no se querrá marchar y habrá proyecto de futuro.

-¿El duelo del Palau vale una Liga?

-Vamos ilusionados y a ganar. Este año, sin sorteo dirigido para que los grandes se enfrenten al final, la segunda vuelta será clave. Hay que mantenerse lo más arriba posible para entonces. Tenemos potencial, aunque el Reus está ahí. El choque contra el Barça es demasiado pronto. Ganar será un refuerzo anímico. Pero es imposible perder la Liga en un partido. Es a lo que me refería antes con la exigencia al Liceo. Es la pista más difícil del mundo. Y si perdemos, que no se diga: «Hala, ya se acabó, ya está».