«Si pillas algo, bien. Y si no, una buena comida»

l. m. r. OURENSE / LA VOZ

DEPORTES

Santi M. Amil

Fonti Montoya, dos décadas como cazador

18 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El primer encuentro de Fonti Jiménez Montoya (Ourense, 1974) con el mundo de la caza rompe todos los tópicos, porque hace dos décadas, el que era un joven gitano llegó a solicitar una licencia de armas para su flamante permiso, de la mano de un amigo Guardia Civil: «Don Luis Luna estaba de baja, éramos vecinos en el barrio -As Lagoas, en Ourense- y nos llevábamos tan bien, que con el paso del tiempo terminé por comprarle el piso, cuando se marchó. Entonces solo hacía falta el certificado de Penales, lo pedimos a Madrid y como me vino limpio, empecé a cazar enseguida», relata el protagonista sobre el inicio de su afición.

No encuentra explicación lógica al hecho de que sea el único cazador gitano federado en Galicia: «Supongo que es cosa de tradiciones o por lo que cuesta. En Castilla sí cazan con galgos y a caballo. Aunque no utilizan armas, por lo general, sí se ha animado alguno a probar. Aquí pregunté hace poco en Medio Ambiente y no hay ningún apellido de los típicos de nuestra etnia».

A lo largo de dos décadas, Montoya ha adquirido todos los tics de sus compañeros en cotos y peñas de caza, mientras ha vivido la evolución de las costumbres en su propia cultura: «Comencé a practicar en las zonas libres de la provincia, me cogí un mapa y me las aprendí todas. Después me afilié a la peña de Piñor (Barbadás), donde el presidente tiene todo muy bien organizado y ya a partir de agosto es raro que me pierda un sábado, sobre todo desde que también estoy en la Peña de Allariz, que dirigen mis amigos Paco y Julio. Lo mejor de la caza es conocer buenos amigos. Si pillas algo, bien. Y si no, una buena comida».