A por el decimosexto grande

Fernando Rey Tapias LA PIZARRA

DEPORTES

10 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Rafa Nadal es sin duda favorito para ganar hoy su decimosexto grand slam. El estado de forma mostrado ante Del Potro en la semifinal lo refuerza. El número 1 tuvo muy claro desde que se inició el torneo que, con las bajas de Djokovic, Murray, Wawrinka, Nishikori y Raonic, y con Federer con problemas, estaba ante una gran oportunidad para aumentar su fantástico palmarés y acercarse a los 19 grandes del suizo.

En los primeros partidos, sobre todo ante Mayer, pasó algunos momentos de apuro y ansiedad, probablemente por esa sensación de que no ganar este US Open supondría una gran decepción. Superó ese trance y llegó pletórico a las rondas decisivas. Ante Del Potro demostró que su privilegiada cabeza le lleva tanto a superar situaciones de máxima dificultad, como a ser capaz de cambiar de estrategia y pasar de dominado a dominador en el medio del partido.

Federer se equivocó ante Del Potro insistiendo machaconamente en jugar de forma incomprensible sobre su golpe más demoledor, la derecha, y perdió.

Rafa comenzó cargándole todo el juego al revés del argentino, pero sin excesivo ritmo, de forma previsible, y dejando que Delpo golpease con buenos apoyos. Así perdió el primer set. Consciente de que esa táctica no incordiaba a su rival, cambió drásticamente su estrategia, golpeó con más agresividad y sobre todo abrió toda la pista, moviendo a su rival sin dejarle la iniciativa ni golpear cómodo. Consecuencia: pasó de perder el primero, a ganar el segundo, sumar 10 juegos seguidos y tener el mando ya hasta el final.

A Rafa, que está impecable en todas las facetas del juego, solo le queda un partido para cumplir su objetivo, y lo va a jugar precisamente contra un jugador de su generación, que posee un buen palmarés, pero que nunca logró alcanzar hasta ahora ninguna ronda final en un grande.

Anderson tuvo su mejor año en el 2015, cuando llegó a ser décimo de la ATP, pero una serie de lesiones cortaron su progresión. Ahora, con 31 años, parece en el mejor momento de su carrera. Con sus 2,03 metros de estatura, un gran saque y golpes muy agresivos, el sudafricano es un rival peligroso. Ante Carreño no le importó perder el primer set. Continuó atacando la bola, con una gran agresividad y convicción en sus posibilidades.

Kevin es ahora un jugador mucho más regular, con menos altibajos, y con una mentalidad mucho y un convencimiento en sus posibilidades superiores a los mostrados a lo largo de su carrera. Sin embargo, ahora va enfrentarse a un jugador que, además de no haberle ganado nunca, es el mejor de su generación y tiene tanta hambre de victoria como él y superiores recursos. El saque será su mejor arma, pero su rival le va a exigir mantener un ritmo, no solo altísimo en cuanto a potencia, sino también regular, con pocos errores y durante todo el partido. Tarea muy complicada para el gigante sudafricano.

Rafa está contento y sano, y cuando Nadal está así, y con un grand slam en juego, inspira una gran confianza en que, salvo imprevistos no deseados, levantará su decimosexto trofeo en un grande.