El ferrolano completa una exhibición en Montreal, cinco meses después de su última victoria en Abu Dabi, y retoma la lucha por el título final
07 ago 2017 . Actualizado a las 16:26 h.La perfección se reencarnó de nuevo en Javier Gómez Noya. Impecable, con templanza y consciente de que su maestría está un punto por encima de la de los demás cuando se trata de una prueba sobre distancia olímpica. Montreal se estrenó en las Series Mundiales y, como no podía ser de otra manera, el primer nombre que aparece en su palmarés es el del ferrolano. Con Mario Mola, máximo favorito al título final, eliminado en el agua, Gómez Noya se fue hacia delante, atacó a Jonathan Brownlee cuando se vio con fuerzas, llegó a la recta de meta y levantó la cinta sobre una moqueta azul que más bien fue una alfombra roja para él. Cinco meses, desde que triunfó en Abu Dabi al inicio de la temporada, habían pasado sin ver al pentacampeón en lo más alto del podio. Pero ya está aquí, listo para batallar con Mola por la clasificación general, ahora cuando solo restan las citas de Estocolmo y de Róterdam, que puntuará doble. Ambas con medidas olímpicas, sus favoritas.
La prueba de Montreal comenzó como todas, con un monólogo de Richard Varga en el sector de natación. A sus pies, eso sí, se pegó otro gran nadador, el pequeño de los Brownlee. Y un poco por detrás, Gómez Noya controlaba las diferencias. Al salir del río de San Lorenzo, el ferrolano pasó por la primera transición a 10 segundos. Por detrás, Mola se quedaba más descolgado que nunca (52 segundos). A Gómez Noya, a pesar de la mínima distancia, le tocó batallar para no perder el tren de delante. Durante toda la primera vuelta de ciclismo se dedicó a perseguir, acompañado por Blummenfelt y Rider, al cuarteto que iba en cabeza, con Brownlee entre sus componentes. Lo enganchó en el segundo giro, mientras por detrás Mola iba cediendo cada vez más tiempo hasta llegar a la segunda transición a un minuto.
En un circuito duro y técnico como Montreal, el ferrolano ya dejó claro que estaba ahí, para ser primero, con pequeños arreones sobre la bici. Su estado de gracia se confirmó cuando, iniciada la segunda vuelta a pie, aprovechó el repecho del trazado para decir adiós a Brownlee, que acabó corriendo prácticamente tieso, y marcharse a por el triunfo, sin que tampoco Blummenfelt le pudiera hacer frente. En ese momento, Mola trataba de hacer la proeza de Yokohama, donde remontó 27 segundos, pero esta vez su cuerpo dijo basta y se conformó con la decimocuarta posición. El que sí logró escalar puestos fue su igual en el pelotón, Richard Murray, que fue ascendiendo hasta el tercer lugar.
Gómez Noya, flanqueado a su derecha por el cada vez más asentado Kristian Blummenfelt, subió al cajón feliz para recoger un oro que ya echaba de menos. Ahora tiene por delante las dos mencionadas pruebas de Series Mundiales para confirmar que sigue siendo un extraterrestre.
«Este ha sido un año un poco raro, pero hoy ha sido mi día y estoy muy contento», dice
El pentacampeón, aunque nunca la pierde, se puede decir que recuperó la sonrisa deportiva en Montreal. Teniendo en cuenta que suman un máximo de cinco pruebas para la clasificación general, los puntos de Mola no se movieron (atesora cuatro triunfos y un cuarto puesto), pero sí los de Gómez Noya, que cambia el noveno puesto de Yokohama por esta primera posición.
«Este ha sido un año un poco raro, pero hoy ha sido mi día y estoy muy contento», dijo poco después de entrar victorioso en meta. Y es que, pocos como él, después de recuperarse del adiós a los Juegos de Río, continúan entrenando con las mismas ganas. Más aún, teniendo en cuenta que es el más veterano de todos. Como ejemplo, la prueba de ayer, en la que era el mayor con tres años de diferencia sobre el siguiente.
«Ha sido una carrera muy dura, desde el principio. Ha sido dura la natación, el ciclismo y la carrera a pie. Estoy muy contento por esta victoria, porque en Edmonton competí un poco enfermo», añadía. Y es que no fue hasta el miércoles cuando se recuperó de la fiebre que lo mermó en la otra cita canadiense. Por eso, Mola decía luego que Gómez Noya «se lo merecía».
Mundial de Media Distancia
Por último, el ferrolano dejaba claro que tiene en mente el Mundial de media distancia, que se celebra en Chatanooga (Tennessee) el 10 de septiembre, una semana antes de la Gran Final de Róterdam. «A la Gran Final de las Series Mundiales iré seguro, pero ahora me centraré en el Mundial de 70.3», apuntaba.
Tres gallegos en el cuarteto que rozó el podio en el relevo mixto
Semana a semana queda claro que el triatlón gallego no se reduce solo a Gómez Noya. El medallista olímpico, como también Iván Raña o Saleta Castro, han motivado el crecimiento del deporte de las tres disciplinas en numerosos lugares de Galicia. Por ello, no es casualidad que tres de los cuatro componentes del relevo mixto español sub-23 fueran gallegos: el vigués Antonio Serrat y las ferrolanas Camila Alonso e Inés Santiago. Este trío, junto al valenciano Roberto Sánchez, finalizaron en un meritorio cuarto lugar en el Europeo que tuvo lugar en Velence, en Hungría.
Las más joven de todos, Inés Santiago (20 años), fue la encargada de abrir la carrera. Cansada de la jornada anterior, en la que hizo un gran esfuerzo para ser undécima en la prueba individual, se sintió con algo menos de fuerzas de lo habitual, aunque aún así logró entregar el testigo en la sexta posición.
Arreón de Serrat y Alonso
El gran valedor del cuarto puesto fue Antonio Serrat. El del Tri-Penta Terras de Lugo, quinto en la jornada del sábado a nivel individual, consiguió ir remontando hasta el tercer lugar, puesto en el que empezó su turno Camila Alonso. La del Triatlón Ferrol, décima el día anterior, aguantó bien y pasó el relevo a Roberto Sánchez todavía en el podio. Por desgracia, el de Manises, sexto individual, perdió una posición y el equipo se quedó a las puertas de subir al cajón continental. Por delante acabaron Gran Bretaña, Rusia e Italia.
No obstante, el fin de semana ha sido más que positivo para los gallegos, teniendo en cuenta también que Carmen Gómez Cortés acabó decimoséptima el sábado. Por lo tanto, en un Europeo sub-23 de gran nivel, el resultado es de cuatro top-20 y, sobre todo, un futuro prometedor para que a los que ahora están en la élite no les falte relevo.