Bolt baja a la Tierra el último día

Xosé Ramón Castro
x. r. castro REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

PHIL NOBLE | Reuters

El plusmarquista mundial, que acabó tercero, no pudo sostener su aceleración tras una mala salida y Gatlin se hizo con el oro

06 ago 2017 . Actualizado a las 09:58 h.

Prometió que no pasaría, pero ocurrió. Bolt bajó a la Tierra el último día para perder su única gran final después de una década memorable. Ganó Gatlin, cinco años mayor que él, y que arrastra para siempre la sombra del dopaje a sus espaldas. Lo hizo con una marca de 9,92 segundos, tres centésimas menos que el plusmarquista. También le superó Coleman, el joven de 21 años que promete. Pero incluso en la derrota, con un bronce menor al cuello, Usain se marcha como el más grande. La última página no puede emborronar una historia deslumbrante. Cargada de éxitos y de marcas sobrehumanas. Ese es su legado, ahora que está a punto de convertirse en leyenda.

Bolt perdió porque sus piernas se volvieron humanas en los últimos años. No fue por la salida, siempre mala a lo largo de su vida deportiva. Tampoco por los tacos que le incomodaron en las series del viernes y que colocó con mimo en su última noche como solista. Le falló mantener su increíble aceleración en el momento que se deciden las carreras. Ese era el secreto de Bolt. El método infalible con el que coleccionó triunfos y trofeos que difícilmente cabrían en una nave industrial. El cambio del que ayer careció ante los dos americanos.

El Relámpago se va porque considera que se ha hecho mayor con 30 años, pero, curiosamente, el nuevo campeón le saca cinco. Gatlin ha sabido esperar su oportunidad. De vuelta de la sanción de dopaje, llevaba tiempo desafiando al rey, y en esta ocasión, tapado y a la sombra de Coleman, consumó su venganza. Corrió como nunca. Con una buena salida, una aceleración acorde a su nivel y pegó un cambio definitivo por la calle exterior cuando Bolt y Coleman se miraban de reojo en su encuentro hacia la meta. Justin fue el primero en saberse ganador mientras Coleman casi lo celebraba y Usain rumiaba su única derrota.

JOHN SIBLEY | Reuters

Fue un momento. El estadio se puso en pie para ovacionar al perdedor y abuchear al ganador. Gatlin mandó callar, pero enseguida se arrodilló ante Bolt. El americano fue el primero en entender que el hombre al que acababa de vencer ya se había convertido en personaje de culto.