Silencios que matan el fútbol

Xosé R. Castro FONDO NORTE

DEPORTES

31 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Villar está en la cárcel, pero el villarismo sigue gobernando la Federación Española de Fútbol por la falta de una intervención decidida de los máximos organismos con incidencia en el deporte. Llama la atención el silencio «amigo» del Ministro de Cultura, Educación y Deporte, del CSD y hasta el COE, institución sin poder de decisión, pero que debiera ser crítica con quienes han vulnerado la ley. Especialmente si se trata de la federación más fuerte y poderosa de cuantas forman el deporte español.

Hay situaciones que no permiten ambages. Si un presidente de cualquier federación o estamento está en la cárcel con prisión incondicional por saqueo, debe ser inhabilitado de por vida y el Gobierno debe reclamar a la justicia un castigo ejemplar.

Con el agravante, además, de que Villar sí ha dimitido de sus cargos en FIFA y UEFA, aunque el uso de un registro que no existe en su corto vocabulario solo responda al interés de salvar una pensión, de muchos ceros por la derecha, vitalicia.

Sin embargo, la única respuesta por parte del poder ante semejante tropelía -que seguramente muchos conocían- fue suspender por un año a Villar y permitir que el encargado de controlar la caja federativa se convierta en el hombre de paja del villarismo. Y con el bastón de mando, José Luis Larrea hizo todo lo contrario que el gobierno. Hablar. Y para defender a Villar, hombre de furbol donde los haya.

Resulta inadmisible en un Estado de derecho que diez días después de la detención del hombre que rigió (y rige) el fútbol español durante un cuarto de siglo de un modo caciquil y con una colección de prácticas irregulares que más que un auto necesitarían una enciclopedia para exponerlas todss, la respuesta de los políticos haya sido el silencio. Hasta cierto punto cómplice.

Si el deporte español ya no salió bien parado en su día a nivel internacional de todas las operaciones antidopaje, lo mismo sucede ahora con un caso tan flagrante de corrupción.

Quizás la respuesta al silencio de Méndez de Vigo y Lete la tenga el modo de actuar de su jefe. A Rajoy no le ha ido mal dejar pasar todos los temas para que se quemasen otros.