Estilo americano, modales europeos

Manuel Piñero BAJO PAR

DEPORTES

20 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

No hay un dominador claro en el golf mundial. No es una novedad, pero el hecho de que los ganadores de los siete últimos grand slams estrenasen su palmarés de majors ilustra la situación. La era posterior a Tiger Woods no encuentra un líder duradero. Él lo dominó todo. Hace un par de temporadas Jordan Spieth había dado un paso al frente para ocupar gran parte de ese espacio, aunque con una irrupción que no sacudió al golf de la misma forma. Pero en realidad no se ha comido el mundo y hoy se impone la igualdad. En la época de Jack Nicklaus, o en la mía, en realidad había 20 o 30 jugadores por torneo con auténticas opciones de ganar. Hoy ese abanico se abre casi hasta los 140 que disputan algunos de los grandes. El nivel medio ha subido de forma espectacular. La competencia es enorme. Y por eso, y la falta de un dominador como Woods, ha habido tantos ganadores nuevos de majors

Nada que decir al triunfo de Koepka, jugador fantástico. Su resultado, igualando el récord de -16 de McIlroy en un US Open, vino favorecido por las condiciones del campo, no tan difícil como en años anteriores a tenor del número de jugadores por debajo del par. Pero la USGA, la organizadora del segundo grande del año, debía buscar escenarios más atractivos para el público. Lugares más emblemáticos o interesantes que Erin Hills. Porque la popularidad del golf ha caído.

De Koepka me interesan varios detalles. Por un lado, tiene la distancia necesaria para competir en Erin Hills. Aunque otros grandes pegadores como Dustin Johnson o Rory McIlroy quedasen descartados pronto, en un campo tan largo si no le pegas a 300 metros, casi no tienes nada que hacer. Y no hay duda de que es un jugador completo y sólido, como viene demostrando en los últimos años. Supo aguantar un desenlace muy igualado, con cantidad de aspirantes, sobre todo el arreón de Fleetwood, un jugador que me encanta.

Es Koepka un jugador americano con modales, probablemente aprendidos durante su periplo en Europa, una gran escuela. Acepta sin excesos lo bueno y lo malo que le sucede. Así resistió en un domingo en el que una docena de jugadores se vieron con opciones.

Más nombres. Sergio García se ha hecho un jugador reposado, que lucha hasta el final. No tuvo su semana, pero siempre estuvo ahí porque vive su madurez y sabe aguantar. Y Matsuyama es un futuro ganador de grandes.