Pero Wawrinka, que no ganó un grande hasta los 29 años, es por ahora un deportista infalible cuando juega la final de un grand slam. Tres alcanzó y tres ganó: Australia 2014 frente a Nadal y Roland Garros 2015 y US Open 2016 frente a Djokovic. Con 32 años y dos meses, hoy se convierte en el finalista más veterano de Roland Garros desde Nicki Pilic en 1973 (perdió con 33 años y 9 meses). Y su tenis agresivo, a tumba abierta incluso en tierra batida, puede plantear a Nadal más dificultades que la propuesta conservadora de otros tenistas de primer nivel en arcilla. «Sí, está bastante complicado». Aquello contestaba en Vigo el crío Nadal, humilde desde siempre, al analizar el cuadro. Unos días después levantó la Copa Bedriñana del Club de Campo, el segundo título de su vida en el circuito formativo de la ATP.