Marcelino, nuevo entrenador del Valencia

Efe

DEPORTES

CESAR QUIAN

El asturiano firmará por dos temporadas, con opción a prolongar su vinculación

11 may 2017 . Actualizado a las 16:29 h.

El entrenador asturiano Marcelino García Toral se ha comprometido con el Valencia para un periodo mínimo de dos temporadas, informaron fuentes del club valenciano en un comunicado. Marcelino llega al Valencia tras una temporada sin entrenar, ya que en agosto del año pasado fue destituido como técnico del  Villarreal, club en el que permaneció tres años y medio.

El nuevo entrenador del equipo de Mestalla inició su trayectoria como técnico en la élite del fútbol español en el Sporting de Gijón y posteriormente ha dirigido al Recreativo de Huelva, Racing de Santander, Zaragoza, Sevilla y Villarreal. En el comunicado difundido por el club se confirma que el Valencia y el técnico han alcanzado «un total acuerdo» para que Marcelino sea el entrenador del primer equipo del club de Mestalla al menos durante las campañas 2017-2018 y 2018-2019.

La presentación oficial de Marcelino como técnico del Valencia se efectuará tras la disputa del último partido de la presente Liga y hasta esa fecha las partes no realizarán declaraciones públicas. El Valencia disputará ese encuentro el domingo 21 en Mestalla ante el Villarreal, precisamente el último club en el que Marcelino ha trabajado en el fútbol español. En su comunicado, el Valencia señala finalmente que «quiere expresar a sus aficionados su especial satisfacción por esta contratación».

Arranca así un proyecto deportivo que ya estuvo a punto de iniciarse en el 2008 y, ya más recientemente, cuando el técnico Pako Ayestarán fue destituido en septiembre del 2016. Tras varios días de negociaciones entre el director general del club, Mateu Alemany, y el representante de Marcelino, Eugenio Botas, se firma un matrimonio que pudo haberse unido antes. La primera ocasión en la que surgió el flechazo fue en la primavera del 2008, cuando el entonces vicepresidente del Valencia, Rafael Salom, encargado también de los asuntos deportivos, escogió a Marcelino tras una temporada 2007-08 muy convulsa y con cuatro técnicos.

El Valencia, con Juan Soler como máximo accionista, había despedido a Quique Sánchez Flores tras la novena jornada de Liga y el técnico del filial Óscar Fernández dirigió al equipo dos partidos hasta la llegada del holandés Ronald Koeman. El entrenador holandés tampoco acabó la temporada por los malos resultados en Liga y a pesar de haber levantado la Copa del Rey.

Salom se reunió varias veces con Marcelino y su agente en Madrid, hasta que cerró un acuerdo con ambos, pero Juan Soler, a solo unas horas de firmar el contrato, advirtió a su vicepresidente de la necesidad de vender a los mejores jugadores para acabar el nuevo Mestalla. «Él no tuvo la culpa. En ningún momento, Marcelino le dijo 'no' al Valencia. Estaba interesado por firmar, pero en la última reunión le dije que Soler iba a vender a tres o cuatro figuras porque había que finalizar el estadio y que iba a hacer un equipo para acabar el décimo», explicó Salom.

«Marcelino me dijo que eso no era lo que se había hablado y le indiqué que me iba a ir y que no le iba a engañar. Le dije que no iba a estar en el club porque iba a dimitir y 48 horas después Marcelino lo hizo público», añadió el entonces vicepresidente. La segunda vez que los caminos de Marcelino y el Valencia estuvieron a punto de unirse fue en septiembre del 2016, después de que el director deportivo Suso García Pitarch despidiera a Pako Ayestarán tras haber perdido los primeros cuatro partidos de la temporada.

El Valencia se fijó en Marcelino, que estaba en el paro porque en agosto había sido destituido en el Villarreal sin ni siquiera haber llegado a dirigir al equipo en un partido oficial de la actual temporada. Sin embargo, la circunstancia de haber sido inscrito por el club castellonense en la Real Federación Española de Fútbol le impidió acceder al cargo. Marcelino desveló hace unos meses esta situación en una entrevista concedida a Bein Sports. «Realmente hubo un equipo que preguntó formalmente a la RFEF si podía entrenar o no y al decirles que no, ya no hubo ninguna negociación», indicó el entrenador asturiano este mismo año. 

Como técnico, Marcelino siempre ha estado muy pendiente del control del vestuario y aunque su trayectoria en el Villarreal estuvo acompañada de todo tipo de éxitos, con el paso del tiempo la relación con la plantilla y el consejo de administración se deterioró y hace menos de un año se produjo su destitución. Esa despedida puede considerarse una más de las que suceden a cualquier entrenador, pero el momento en el que se produjo la convirtió en peculiar.

Fue en agosto del año pasado, antes de que el equipo empezara a competir oficialmente, tras haber completado la pretemporada con la mente puesta en la eliminatoria previa de la Liga de Campeones ante el Mónaco, equipo que ahora ha llegado a las semifinales del primer torneo continental. Su destitución en ese momento le impidió entrenar durante la temporada que ha concluido por cuestiones administrativas, pero a partir de ahora esta en disposición de volver a trabajar. A la experiencia con la que ya llegó a Villarreal se une el rigor en la forma de trabajar de un técnico que siempre ha estado muy encima de los jugadores, a los que ha exigido al máximo y con los que ha mantenido muy diferentes posiciones.