Jorge Prado: «Sería increíble terminar el Mundial entre los cinco mejores»

Paulo Alonso Lois
paulo alonso lois REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

«Ganar en Italia me permite creérmelo para las siguientes carreras», dice de su primer triunfo en MX2

20 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Madruga a las seis de la mañana Jorge Prado (Lugo, 2001) para dar un último repaso para un examen de matemáticas. Luego va hasta las tres y media al colegio en Lommel, en el lado belga de la frontera con Holanda, a unos 100 kilómetros de Bruselas. Y hace un parón mientras estudia Economía de tercer curso de la ESO para atender la entrevista. «Estamos viendo cómo llevar a un balance todo lo que gastas e ingresas». Cuatro días a la semana entrena sobre la moto, otros dos hace ejercicio -en el gimnasio, en la piscina o sobre la bici-, y descansa uno. Niño prodigio del motocrós, campeón del Mundo de 65 y de Europa de 125 cc, cuando solo tenía 11 años su familia decidió trasladarse a Bélgica para facilitarle las mejores condiciones para entrenar, con 20 circuitos en un radio de diez kilómetros desde su casa. Unos días después de conseguir el primer triunfo español en una prueba del Mundial MX2, admite una sensación diferente a todas. «Un subidón». Pero este fin de semana compite en Valkenswaard (Holanda) en un calendario sin tregua.

-¿Qué resumen hace de la victoria en Pietramurata?

-¡Estuvo bien! (ríe) Fue un fin de semana perfecto en el que me salió todo bien, la verdad. Allí siempre había hecho buenas carreras. No es un circuito que se adapte al 100 % a mis características, pero ya contaba con que podía hacerlo bien.

-Y lloró en el podio.

-No es fácil ganar carreras del Mundial. Pensaba en las horas de entrenamiento, el esfuerzo y todo lo que me hizo poder ganar.

-Pasó momentos difíciles los últimos años, ¿para quién fue la victoria?

-El triunfo es de todos, no solo mío, así que ya se sabe que pertenece a todos.

-¿Cuándo se da cuenta de que va a ganar su primera prueba del Mundial?

-En realidad, hasta la última curva no lo sabes. Así que, justo antes del salto de meta, me dije ‘¡voy a ganar!’.

-El triunfo llegó en su quinta prueba del Mundial en esta temporada. ¿Lo esperaba tan pronto?

-No sé, era posible, aunque sabía al mismo tiempo que iba a ser difícil. Se juntó todo y pude acabar ahí delante.

-Es joven, pero tanto usted como su familia ya han asumido muchos sacrificios por el motocrós. Todo compensa cuando llega una victoria como la de Italia.

-Sí, yo tuve varias lesiones [fractura de costillas en el 2012, de la clavícula en el 2013 y de la tibia en el 2014] y tuve que volver más fuerte de cada una de ellas. Ahora pude hacer muy bien la pretemporada.

-Fueron lesiones en momentos muy delicados y durante tres años seguidos. Pero las lesiones también hacen a uno más fuerte o incluso mejor piloto.

-Las lesiones siempre te retrasan. Las lesiones nunca son buenas. Quizá mentalmente seas más fuerte, pero en todo lo demás te perjudican.

-La victoria en Italia le respalda para el resto del Mundial y aumenta su confianza.

-Hombre, queda mucho campeonato y hay que hacer lo mejor en cada carrera. Hay que intentar conseguir el máximo número de puntos, que son muy importantes para la clasificación final. Sí es cierto que ganar en Italia me da más confianza, me permite creérmelo para las siguientes carreras, y alegrarme después de la prueba de México, que fue muy difícil.

-¿Cuál es su objetivo global del año? ¿Habrá más victorias en el 2017?

-Puntúan las 20 carreras. Terminar el Mundial entre los cinco mejores sería un resultado increíble. Y sí, espero ganar más carreras este año, si todo va bien.

-¿Qué carreras pueden resultarle más propicias ahora?

-Este fin de semana compito en Holanda en un circuito blando. También está Lommel, a tres minutos de mi casa, de nuevo en blando. Y Loket, en la República Checa, sobre terreno duro, duro, duro, que me puede ir bien. Aunque creo que en realidad puedo hacerlo bien en cualquier carrera.

-¿Es utópico pensar que pueda ganar el Mundial del 2017?

-Son 20 pruebas. Tendremos que ver si me voy acercando. Ya se verá si puedo pelear por eso.

-¿Cuándo cree que estará listo para ser campeón del Mundo?

-No lo sé, no se puede planear porque pueden pasar muchas cosas.

-Conocía algunos circuitos ya y otros los fue descubriendo con el juego de la Play Station antes de viajar a cada prueba.

-Bueno, conocía algunos, otros muchos los controlaba de ver vídeos y luego salió el juego e incluía los circuitos del Mundial. Pero al final eso no ayuda nada porque la realidad es bastante diferente (ríe).

-¿En qué piensa durante las carreras?

-En nada, en no bajar el ritmo y seguir luchando.

«Nunca paso mis límites, llevo todo controlado y asumo los riesgos justos»

El alemán Ken Roczen y el italiano Tony Cairoli son dos de los referentes del piloto lucense dentro del motocrós. Pero no se identifica especialmente con las condiciones de ninguno de ellos. «Yo prefiero que me vean como Jorge Prado», explica.

-¿Cómo se ve?

-No me veo. Pero creo que nunca paso mis límites, llevo todo controlado, se me ve andar y asumo los riesgos justos, sí.

-¿Cuánto mide y cuánto pesa? ¿El físico sigue penalizándole todavía frente a rivales más corpulentos?

-Mido 1,73 y peso 65 kilos. Hay mucha diferencia con otros pilotos, porque esta categoría es sub-23 y la mayoría de mis rivales tienen entre 20 y 23 años, gente más fuerte y con más experiencia. Pero yo también trabajo fuerte para poder pelear con ellos.

-Su familia se fue de Galicia para instalarse en Bélgica cuando usted solo tenía 11 años. ¿Se acuerda mucho de Lugo todavía?

-Sí, siempre echo de menos Lugo porque allí está la familia. Pero vale la pena. Este es el sitio donde tengo que estar ahora.