Con el ferrolano Bruno García
El entrenador vive con su mujer en un piso y se ve casi a diario con Bruno García, el seleccionador japonés de fútbol sala, que es de Ferrol y del Dépor. «Hemos quedado los matrimonios varias veces. Él lleva aquí un par de meses más que yo y hemos hecho gran amistad», señala, aún sorprendido por las diferencias culturales del país del sol naciente respecto a cualquier sociedad europea. «Aquí la gente no habla en inglés, aún está menos extendido que en España, pero todo lo suplen con una amabilidad exquisita. Un día en un supermercado preguntamos por el azúcar, nos entendieron después de un buen rato y el dependiente dejó la caja y nos acompañó al sitio exacto donde estaba. Te sorprende mucho el respeto que tienen a todo el mundo, no solo a los extranjeros, ya entre ellos. Es una sociedad que nos llama mucho la atención», apunta.
Hasta el fútbol nipón disfruta de las virtudes de esta sociedad. «Una hora y cuarto antes de todos los partidos hay reunión de los dos entrenadores con el árbitro y los asistentes y dos personas más de la federación. Ahí se decide minuto a minuto lo que se va a hacer y se enciende un reloj en el estadio: en tal minuto se sale a calentar, en tal se entra al vestuario, se sale al campo, empieza el partido, si se va a regar el campo, cuántos minutos, todo. Aquí al azar no se deja nada, está todo controlado. No hay sorpresas, está todo muy bien en cuanto a organización», dice Lotina, para quien sale el sol en Japón.