Diego Seoane da el salto en Moldavia

DEPORTES

El exdeportivista llegó en febrero al Dacia Chisinau y lucha por jugar la Liga Europa

12 abr 2017 . Actualizado a las 08:31 h.

Hay futbolistas que parecen nacer de pie. Nunca fue el caso de Diego Seoane, lateral derecho de zancada y buenas condiciones de ataque, que debutó con 19 años en Primera División en las filas del Deportivo, con el que llegó a disputar una veintena de partidos y hasta figuró en los planes de la selección sub-21. Sin embargo, entre una polivalencia mal entendida por sus entrenadores (jugó más veces a pierna cambiada, que en su posición natural) y los decepcionantes pasos por el Córdoba, el Lugo o la Ponferradina ha acabado por emigrar. El empeño de Seoane por ser futbolista le ha llevado desde el pasado febrero a Chisinau, la capital de Moldavia, para enrolarse en las filas del Dacia, que en la segunda vuelta liguera está remontando posiciones hacia su gran objetivo, clasificarse para la previa de la próxima Liga Europa.

En su último partido derrotó al líder, al que se acerca a solo dos puntos. «Cuando me hablaron de Moldavia lo primero fue buscarlo en el mapa -bromea- y luego traté de informarme un poco: cómo se vive, cómo es la liga,... La gente me dice: “Le echaste huevos”, pero yo sinceramente no he tenido ningún problema aquí. Vine muy tranquilo y sigo muy tranquilo». Moldavia es un pequeño país, no mucho más grande que Galicia, situado al este de Europa, entre Rumanía y Ucrania. El ourensano conoció a su nuevo equipo en Murcia, donde se preparaba durante el descanso invernal de su liga, y firmó un contrato hasta diciembre del 2018. «Yo quería salir al extranjero desde el principio y me salió esta propuesta. La ciudad es capital, se vive bien, el nivel de vida es bajo respecto a España, pero para ellos que esté aquí un futbolista español es como un lujo y te tratan muy bien. Juego siempre de lateral derecho. ¿Si soy el fichaje estrella? No lo sé -se ríe-, pero ahora quieren fichar a más españoles».

«Entrenamos en la base»

Tras apenas un puñado de partidos con su nuevo club, Seoane relaciona el fútbol moldavo con el de la Segunda B española. «No puedo comparar realmente, porque llevo muy pocos partidos. El Sheriff (líder de la categoría) entra siempre en Europa, y en la pretemporada de mi equipo en febrero cogimos a los rivales de España más rodados y el Murcia (de Segunda B) se nos hizo complicado», afirma. Sin embargo reconoce que los salarios de los principales clubes son similares a los de un equipo medio de la Primera española. En cuanto a entrenamientos e instalaciones no echa nada en falta. «Entrenamos en la base. Le llaman así a una ciudad deportiva que sería como la de Abegondo, pero que, además, dispone de una residencia en la que nos concentramos para los partidos importantes», explica, antes de añadir que en la plantilla del Dacia Chisinau se relaciona más con un compañero francés y otro de Togo: «Con ellos me entiendo en inglés y quedamos para ir a una cafetería tipo Starbucks que hay aquí en el centro, pero con los demás voy aprendiendo palabritas de ruso, aunque alguno sabe algo de inglés... De momento estoy contento».