Real Madrid: Retrato de un descalabro

Xurxo Fernández Fernández
xurxo fernández REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

JuanJo Martín | EFE

El crítico arranque del 2017 ha dejado al Madrid sin Copa y sin el liderato en Liga

03 mar 2017 . Actualizado a las 18:47 h.

«Es difícil». A Marcelo le picaba el niqui. Movía la cabeza de un lado a otro, se atusaba el pelo, miraba al cielo. «Es difícil». Se limpiaba el sudor, pegaba la oreja al micro, fruncía el ceño, escupía, otra vez la mano al pelo, la mirada en todas partes... Incómodo por el resultado y por el brete de explicar, otra vez él, cómo y por qué el Real Madrid de los 40 partidos sin perder ya ha caído en tres ocasiones desde que tropezó por primera vez a principios de año. Goleó al Granada por Reyes y a partir de ahí ha ganado media docena de encuentros y no lo ha conseguido en otros tantos. Se quedó sin Copa en cuartos y ha quemado su colchón en Liga, donde abrió el 2017 cinco puntos por delante del Barça y ha estrenado marzo uno por detrás. Siempre, con un partido menos. Ese encuentro aún por disputar esconde varios de los males del conjunto blanco, que salta al césped con la cabeza en otra parte. Lo resumía el miércoles, otra vez, Marcelo. El brasileño, segundo capitán por detrás de Ramos, volvió a ser el elegido para salir en cámara mientras el de Camas se lamía las heridas del penalti que puso por delante a Las Palmas. Después hubo épica y empate, pero el punto es un magro botín para un duelo en el Bernabéu. Insuficiente, desde luego, para Marcelo; autor de un retrato en dos minutos del mal momento blanco. 

Responsabilidad diluida

«Siempre vengo yo a decir lo que ha pasado». Cristiano estrenó brazalete este curso. El Real Madrid decidió que si tenían tres capitanes, bien podía haber un cuarto y Florentino se sumó a la foto de grupo después de haber escurrido el bulto la anterior temporada, cuando levantó cierta polvareda lo de dejar al 7 sin cargo. De puertas afuera apenas le lucen al luso sus nuevos galones. Habla muy de vez en cuando, convencido de que existe un complot en su contra, en el que, claro, hay un papel para la prensa. El miércoles hizo doblete, alimentando su notable racha goleadora, pero volvió a fallar ocasiones claras. Es el futbolista que más dispara de la competición, con diferencia, mantiene su voracidad pero resulta menos efectivo. Pepe, tercer capitán, no es titular habitual, y Ramos, que lo jugó todo contra el Villarreal, el Valencia y Las Palmas, esquivó el micro en las tres citas. «Siempre vengo yo aquí después del partido a decir lo que ha pasado o no ha pasado», protestaba Marcelo, evidenciando lo incómodo de su rol. Resignado, sin embargo, a su suerte entre tanta estrella en desbandada: «Seguiremos dando la cara siempre». 

El peso de Zidane

«Estamos dejando de hacer las cosas que decimos». Zidane le ha dado al Real Madrid una serie victoriosa sin precedentes en España. Sus cuarenta partidos sin derrota dejaron pequeños los 39 hilados por el Barça de Luis Enrique un año antes. Y sin embargo, nunca se vio en el conjunto blanco un patrón de juego. «Estamos dejando de hacer cosas que antes del partido decimos que tenemos que hacer y pasa lo que pasa», denunciaba Marcelo. «Hemos intentado hacer presión, no lo hemos conseguido. Hemos bajado la línea, tampoco lo hemos conseguido», explicaba el brasileño acerca de la falta de consistencia de la propuesta del anfitrión en el Bernabéu. El efecto Zidane -«No nos salen las cosas», reconocería después el míster en sala de prensa- parece haber quedado disminuido hasta el arrebato final de cada día. Contra Las Palmas, como también apuntaba Marcelo, lo de la casta funcionó a medias: «Hemos logrado hacer el empate, pero así está muy difícil». 

Conciencia de equipo

«No soy yo quien tiene que dar un tirón de orejas». El último traspiés blanco empezó a dibujarse en una patada con posterior empujón que Bale propinó a Viera. El galés, que había vuelto en aparente buena forma tras su lesión, se desenchufó del encuentro. Una más en la serie de desconexiones puntuales que acaban abocando a la épica a un conjunto con falta de conciencia de equipo. «No soy yo quien tiene que dar un tirón de orejas, eso se lo hago a mis hijos -sostenía el lateral brasileño-. Bale tiene la edad suficiente para saber si se ha equivocado o no». El segundo capitán apuntaba alto en la búsqueda de un responsable capaz de poner orden en el desconcierto del Madrid. Solo la Copa del Rey está ya perdida. El punto a favor del Barcelona es una nimiedad cuando a la Liga le restan trece citas, a las que el equipo blanco tiene que sumar la de Balaídos. La Champions parece ir aún mejor encarrilada, pero Marcelo anda mosca: «Ojalá no nos pase esto hasta final de temporada».